Invasión y caos en Duitama: el miedo toma Tocogua

Habitantes denuncian inseguridad, amenazas y deterioro por ocupación ilegal. Temen por su integridad y exigen acción urgente de las autoridades.
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El clamor de una comunidad en crisis

La tranquilidad de la vereda Tocogua y el barrio Camilo Torres, en Duitama, ha sido reemplazada por un ambiente de inseguridad, temor y desolación. Desde octubre de 2024, las ruinas de la antigua Casa Museo Arqueológico se han convertido en un refugio improvisado para personas en condiciones de extrema vulnerabilidad. Sin embargo, esta ocupación ha desatado una serie de problemáticas que afectan gravemente a la comunidad circundante.

Ocupación ilegal y descontrol

Cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, llegaron al lugar con plásticos y restos de madera para adecuar la estructura como vivienda, a pesar de que no cuenta con agua potable, energía eléctrica ni servicios sanitarios. Los muros debilitados representan un alto riesgo de colapso, pero esto no ha impedido que más individuos lleguen al lugar, algunos de ellos para consumir sustancias psicoactivas.

La ocupación ilegal ha generado acumulación de residuos, bloqueos en el paso peatonal y conexiones clandestinas al servicio de energía eléctrica, lo que ha desatado una sensación de miedo y abandono en el sector. “Vivimos con temor constante, especialmente en la noche, cuando el ambiente se torna más peligroso. Es como si estuviéramos en tierra de nadie”, expresó un habitante.

Intimidación y temor

La situación se agrava con las agresiones verbales y físicas que los ocupantes ejercen contra los vecinos. Los residentes han denunciado amenazas con armas blancas, lanzamiento de piedras y ataques que buscan sembrar el pánico. Además, la comunidad ha reportado robos en fincas y propiedades cercanas.

“Es preocupante para quienes trabajamos en el campo. Nos han robado herramientas y materiales indispensables para nuestras actividades diarias. Sentimos que ya no hay seguridad ni confianza en nuestro propio territorio”, denunció un agricultor.

Intervenciones insuficientes y llamado a la acción

En diciembre de 2024, la Alcaldía, con apoyo de la Policía Nacional, demolió parte de los muros en ruinas para mitigar el riesgo de colapso. Sin embargo, los ocupantes permanecen en el lugar y la problemática sigue creciendo.

Los habitantes han elevado derechos de petición a diversas entidades, exigiendo el desalojo inmediato y la recuperación del espacio público. Pero también han hecho un llamado a los líderes municipales para que aborden el problema desde sus raíces, reconociendo las necesidades de las personas en extrema pobreza que ocupan el lugar.

Proyectos sociales como solución integral

La comunidad de Tocogua propone que, además de las acciones legales y de seguridad, se implementen programas sociales que ofrezcan alternativas reales para las personas en situación de vulnerabilidad. “No podemos ignorar que estas personas viven en condiciones precarias, completamente desamparadas. Si queremos erradicar este problema, debemos brindarles oportunidades para salir adelante”, señaló un líder comunitario.

Los habitantes piden a las autoridades que diseñen estrategias de inclusión y desarrollo, que permitan a estas personas acceder a vivienda digna, educación, empleo y acompañamiento social. Consideran que solo así se podrá prevenir que estos conflictos vuelvan a repetirse en el futuro.

Un barrio en espera de soluciones

La comunidad insiste en que la situación no puede esperar más. Temen que la falta de intervención oportuna derive en tragedias, especialmente ante el próximo inicio de las actividades escolares. Los padres están preocupados por la seguridad de los niños, quienes deberán transitar diariamente por este peligroso sector.



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