Reconocido bombero Edgar Hortua de Girardot cumple 28 años de servicio en la comunidad.
En un emotivo reconocimiento a la dedicación y valentía, el Cuerpo de Bomberos de Girardot y la comunidad en general han rendido homenaje al bombero Edgar Hortua, quien, después de 28 años de servicio incansable, se retira para disfrutar de una merecida pensión. Durante casi tres décadas, Hortua enfrentó innumerables desafíos y situaciones extremas, siempre dispuesto a poner en riesgo su vida para proteger la de los demás.
Profesionalismo
El bombero Edgar Hortua comenzó su carrera en el Cuerpo de Bomberos de Girardot en 1995. A lo largo de los años, se distinguió por su profesionalismo, valentía y dedicación, convirtiéndose en un pilar fundamental de la institución. Su participación en operaciones de rescate, incendios y situaciones de emergencia fue constante, demostrando un compromiso inquebrantable con la seguridad y bienestar de los habitantes de Girardot.
A lo largo de su trayectoria, Hortua vivió de cerca las tragedias y los momentos más difíciles, pero también las satisfacciones de salvar vidas y contribuir al bienestar de su comunidad. Los colegas de Hortua lo recuerdan no solo por su destreza y habilidad en el manejo de situaciones de alto riesgo, sino también por su humanidad y su espíritu de equipo, cualidades que lo convirtieron en un ejemplo para las nuevas generaciones de bomberos.
Apoyo
En sus últimas semanas de trabajo, Hortua se mostró agradecido por el apoyo que siempre recibió de la comunidad y de sus compañeros de trabajo, quienes lo consideran un referente. “Cada llamada de emergencia fue un reto, pero siempre supe que mi labor tenía un impacto positivo en la vida de las personas. Ahora es momento de descansar y disfrutar de lo que tanto me ha costado, pero siempre llevaré conmigo los recuerdos y las enseñanzas de estos años”, comentó Hortua en una de sus últimas intervenciones como bombero.
Su retiro es motivo de celebración y reflexión, pues representa no solo el fin de una etapa en su vida, sino también el cierre de un capítulo importante en la historia del Cuerpo de Bomberos de Girardot. Con su partida, se cierra un ciclo de sacrificio y servicio ininterrumpido, dejando un legado que será recordado por siempre en la institución.
