Las intensas lluvias registradas en México entre el jueves y el viernes dejaron un saldo devastador de al menos 27 personas fallecidas y varias desaparecidas. Las precipitaciones provocaron deslizamientos de tierra, el desbordamiento de ríos y la destrucción de viviendas, puentes y vehículos en diferentes regiones del país. Las autoridades informaron que el estado de Hidalgo fue uno de los más afectados, donde se reportaron 16 muertes como consecuencia de las inundaciones.
Miles de hogares resultaron dañados o completamente destruidos, y las calles se transformaron en torrentes que arrastraron automóviles y provocaron cortes de energía eléctrica. Ante la magnitud de la emergencia, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ordenó el despliegue de 5.400 efectivos para apoyar en labores de rescate, despeje de carreteras y entrega de ayuda humanitaria. Además, 3.300 miembros de la Marina fueron enviados para colaborar en evacuaciones y en la limpieza de las zonas afectadas.
El impacto de las lluvias ha sido de alcance nacional, afectando a 31 de los 32 estados mexicanos. En Puebla, las autoridades reportaron al menos nueve fallecidos y cinco personas desaparecidas, además de unas 80.000 afectadas por los daños materiales y las interrupciones en los servicios básicos. Las imágenes muestran a ciudadanos intentando salvar sus pertenencias y animales, mientras otros observan impotentes la destrucción de sus viviendas.
En el estado de Veracruz, las autoridades confirmaron la muerte de dos personas adicionales. Los testimonios de los afectados reflejan la desesperación y el desconcierto ante la magnitud del desastre. “Nadie estaba preparado para esto”, dijo José Cervantes, dueño de una cafetería inundada, quien describió cómo el agua alcanzó metro y medio de altura, destruyendo completamente su negocio.
La Guardia Nacional y otros cuerpos de emergencia continúan trabajando para limpiar los escombros y restablecer la normalidad. Las imágenes de las zonas devastadas, como la colonia Martinica en Zapopan, Jalisco, muestran la gravedad de los daños. Las autoridades advierten que, debido a la persistencia de las lluvias, el riesgo de nuevas inundaciones y deslizamientos sigue siendo alto, lo que mantiene en alerta a gran parte del país.
