En una serie de eventos lamentables que han sacudido en diferentes localidades del departamento de Boyacá, la violencia ha dejado su huella en la vida cotidiana de los boyacenses. Dos casos específicos, uno en El Espino y otro en Duitama, han destacado la necesidad de abordar la violencia interpersonal y fortalecer las medidas preventivas en la región. El primer incidente tuvo lugar en El Espino, donde un joven, por razones aún desconocidas, perpetró un ataque con un machete contra un adulto mayor de 78 años. Las heridas causadas en la cabeza y el tórax del anciano generaron consternación. La víctima, valientemente, presentó una denuncia que condujo a la respectiva captura del agresor en las inmediaciones de los hechos.
La Coronel Margarita Mantilla, comandante del departamento de Policía Boyacá, informó sobre el caso, mencionando que el capturado, Gilberto Lozano, no tenía antecedentes previos. Según la versión de la víctima, el agresor habría ingresado sin motivo aparente a su finca, desencadenando el ataque. A pesar de la brutalidad del incidente, se informó que las lesiones no revestían
gravedad, y la víctima no necesitó ser trasladada a un centro asistencial. El segundo episodio ocurrió en Duitama, donde dos individuos, con edades aproximadas entre los 22 y 27 años, resultaron heridos con un objeto cortopunzante mientras disfrutaban de bebidas alcohólicas en un establecimiento comercial. La falta de información sobre la identidad de los agresores ha complicado la investigación, ya que las víctimas afirmaron no conocer a los responsables de las lesiones. Las autoridades, en este caso, han expresado su preocupación por la violencia que surge en lugares de esparcimiento, mostrando la importancia de fortalecer la seguridad en estos entornos. Según los informes médicos del hospital regional, las lesiones sufridas por las víctimas no representan un riesgo vital, pero el impacto psicológico de estos eventos puede ser duradero.
