El pasado miércoles, en la localidad de Kennedy, Daniel Ricardo Rodríguez, un artista callejero, fue víctima de una agresión mientras realizaba su trabajo habitual en un semáforo de la zona. Rodríguez, conocido por vender arepas, ofrecer artesanías y crear artesanías, se acercó a un vehículo para dibujar una ‘carita feliz’ en el vidrio con su dedo, sin intención de recibir una moneda desayuno a cambio.
Sin embargo, este gesto desencadenó una reacción violenta por parte de los ocupantes del automóvil. El conductor abrió el baúl, permitiendo que el copiloto extrajera una varilla con la cual agredieron brutalmente a Rodríguez en presencia de una menor que los acompañaba y que, según testigos, se mostraba visiblemente asustada.
Rodríguez lleva un año trabajando en ese semáforo, destacándose por su arte y dedicación. Este incidente pone de manifiesto los riesgos a los que se enfrentan los artistas callejeros en Bogotá, quienes, además de lidiar con la estigmatización social que a menudo los asocia incorrectamente con actividades vandálicas, se exponen a agresiones físicas y verbales en su día a día. La intolerancia y la falta de comprensión hacia su trabajo artístico y cultural generan un ambiente hostil que dificulta su desempeño y pone en riesgo su integridad física.
