En la tarde del sábado 10 de mayo de 2025, justo antes del Día de la Madre, un brutal ataque con machete conmocionó a clientes y trabajadores del centro comercial Palmetto Plaza, en el sur de Cali. Una mujer fue agredida por su expareja dentro de su lugar de trabajo, en un acto que las autoridades investigan como un posible intento de feminicidio.
Los hechos
El ataque ocurrió hacia las 2:15 p.m., cuando el agresor ingresó al local y sin mediar palabra atacó directamente a la mujer en el rostro con un machete. Según testigos, ella no tuvo oportunidad de defenderse. Su agresor, luego de herirla gravemente, intentó quitarse la vida con la misma arma, causándose lesiones en el pecho.
La multitud
Guardas de seguridad y personas que presenciaron el hecho intervinieron rápidamente. No solo evitaron que el hombre se quitara la vida, también debieron protegerlo de una multitud que, indignada por la agresión, intentó lincharlo. En videos difundidos en redes sociales, se ve a varios guardas rodeando al agresor.
Atención médica
Ambos fueron trasladados a centros médicos cercanos. Él permanece bajo custodia policial y la víctima continúa recibiendo atención médica por las heridas sufridas. El caso ha causado repudio entre la ciudadanía y organizaciones defensoras de derechos de las mujeres. La Personería de Cali emitió un comunicado en el que rechazó enfáticamente este nuevo caso de violencia basada en género y exigió una investigación con enfoque diferencial. También pidió que se garanticen medidas urgentes de protección y justicia efectiva para las víctimas.
Antecedentes
“El agresor era su expareja y, según testigos, ya existían antecedentes de conflictos relacionados con la relación que sostuvieron”, indicaron fuentes cercanas al caso. Aunque no se ha confirmado si existían denuncias previas, el hecho refleja los riesgos a los que están expuestas miles de mujeres en contextos de relaciones violentas.
Este intento de feminicidio evidencia una realidad que persiste: la violencia contra las mujeres en Colombia no da tregua. A pesar de las leyes, muchas siguen sin contar con garantías reales de protección, especialmente en sus espacios laborales o cotidianos. Este crimen no fue un hecho aislado. Fue una expresión más del machismo que sigue costando vidas. Cali debe ser un lugar seguro para todas. No más impunidad. No más silencio. No más violencia.



