Investigadores de OpenAI, DeepMind y Anthropic han publicado informes que sugieren que la Inteligencia Artificial General (AGI) —una IA capaz de realizar tareas cognitivas humanas— podría llegar antes de 2030. Esta posibilidad abre un abanico de dilemas éticos, sociales y económicos.
Mientras algunos celebran el potencial de resolver problemas como la pobreza o el cambio climático, otros temen la pérdida de control humano, la destrucción de empleos y la concentración de poder en manos de pocas corporaciones. La ONU ha comenzado a discutir un marco legal global sobre IA.
El debate ya no es si la AGI llegará, sino cómo nos prepararemos para convivir con ella. La humanidad se encuentra ante uno de los mayores desafíos tecnológicos de su historia, y aún no tiene las reglas claras del juego.



