Durante las ferias y fiestas del municipio de Santiago, Norte de Santander, la tradicional cabalgata sorprendió a los asistentes al desarrollarse de una manera poco convencional: decenas de caballos inflables recorrieron las calles en un acto simbólico que busca proteger la vida y el bienestar de los animales.
La iniciativa fue aplaudida por la comunidad, que la recibió como un gesto innovador y responsable. Sergio Jaimes, representante de la fundación Mi Mejor Amigo, celebró la propuesta destacando su impacto positivo:
“Este gesto demuestra que la diversión puede ser posible sin maltratar a los animales y que se pueden crear espacios sanos y familiares”.
Por su parte, Pedro Vargas, docente y animalista, resaltó el valor pedagógico y cultural de este tipo de actividades, al señalar que resignifican las tradiciones:
“Estas acciones fomentan nuevas expresiones culturales que promueven la protección y el respeto por la vida”.
La puesta en marcha de esta cabalgata simbólica abre el debate sobre la necesidad de replantear costumbres festivas que, durante años, han involucrado el uso de animales. Con propuestas creativas y alternativas, como la de Santiago, se demuestra que es posible mantener el sentido de las celebraciones sin comprometer el bienestar animal.
Desde la organización y los promotores de la actividad se hizo un llamado a otras administraciones municipales y departamentales del país para que repliquen esta experiencia. La invitación es a considerar las cabalgatas inflables como una alternativa responsable y sostenible en futuras festividades, enmarcando la diversión en la conciencia ambiental y el respeto por los seres vivos.
