¡Industria armamentística!

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Proyectos de defensa europeos conjuntos, como el Eurofighter, han sufrido una falta de compromiso para comprar el avión.
Imagen: Francis Hildemann/Bundeswehr/dpa/picture alliance

Europa está reconfigurando su estructura de seguridad y su habilidad para protegerse, tan pendiente de Rusia como de Estados Unidos, al que continúa adquiriendo gran cantidad de armas. ¿Serán capaces sus propias compañías de actualizarse?

A lo largo de años, la cuestión del desembolso europeo en defensa fue apenas abordada en la mayoría de las inversiones de la Unión Europea (UE). Ahora, es una inquietud principal.

La Unión Europea presentó un plan de rearme mediante préstamos de 150.000 millones de euros. Este cambio ocurre en medio de inquietudes intensificadas ante la agresión rusa en Europa Oriental y cuestionamientos acerca de las responsabilidades de Estados Unidos con sus aliados transatlánticos y la OTAN.

No obstante, la información divulgada esta semana por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) puso de manifiesto lo complicado que resultará para Europa actuar de manera autónoma.

Aproximadamente dos tercios de las armas que los miembros europeos de la OTAN importaron entre 2020 y 2024 se originaron en Estados Unidos, un incremento considerable en comparación con el 52% que se importó de armas estadounidenses entre 2015 y 2019.

Durante 76 años, hemos mantenido la asociación con la OTAN, con Estados Unidos siendo la mayor potencia militar y proveedor de seguridad. «Las naciones europeas estaban alineadas con la OTAN y confiaban en que Estados Unidos cumpliría con sus compromisos», declaró a DW Tim Lawrenson, investigador asociado del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.


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