La colocación de publicidad de Aguardiente Antioqueño en el Morro de Tulcán, uno de los sitios más emblemáticos y de mayor valor histórico en Popayán, desató una ola de rechazo ciudadano.
Colectivos culturales y defensores del patrimonio cuestionaron que se utilice este espacio ancestral con fines comerciales, señalando que se trata de una falta de respeto hacia la memoria indígena y la identidad de la ciudad.
Las imágenes del aviso publicitario circularon rápidamente en redes sociales y despertaron fuertes críticas hacia la marca y los organizadores del evento que autorizó la instalación.
Ante la polémica, sectores sociales exigieron a las autoridades locales mayor control sobre el uso del Morro y medidas que protejan este lugar simbólico de la ciudad, que ha sido escenario de debates sobre su conservación y resignificación histórica



