Un grupo de aproximadamente 1.800 indígenas provenientes de los departamentos del Cauca y Nariño llegó este lunes a Bogotá con el objetivo de dialogar directamente con el presidente Gustavo Petro sobre temas de paz. Entre ellos, se encuentran integrantes del movimiento Nietos de Manuel Quintín Lame, quienes, junto con otros representantes, decidieron tomar la emblemática Plaza Bolívar para exigir ser escuchados por el mandatario colombiano.
Luis Enrique Yalanda, gobernador del resguardo indígena Misak en La María, Cauca, fue uno de los portavoces de la movilización. En su intervención, Yalanda hizo un llamado al presidente Petro para que les conceda un espacio de diálogo en el que puedan presentar sus propuestas sobre la paz en sus territorios. “Estamos acá solicitándole al presidente Gustavo Petro de forma específica que nos sentemos a conversar de manera franca y desinteresada sobre propuestas de paz diferentes a las que se han intentado implementar en territorios como el Cauca o Nariño», expresó Yalanda. Además, destacó que las comunidades indígenas conocen profundamente las dinámicas del territorio y cómo contribuir a la construcción de paz en el suroccidente colombiano.
El gobernador indígena también denunció la falta de atención por parte del Ministerio del Interior, que según él, ha ignorado sus peticiones en las regiones de Cauca y Nariño. “Esta movilización no surgió de la nada, es algo que ya habíamos advertido al Ministerio del Interior. Las advertencias y los diálogos que buscamos no se concretaron, por lo que nos vimos en la necesidad de trasladarnos hasta Bogotá y exigir un diálogo directo con el presidente, ya que estas carteras no están cumpliendo los compromisos pactados en el territorio”, señaló Yalanda con firmeza.
La movilización de los pueblos indígenas no solo refleja la urgente necesidad de un espacio para la paz, sino también la creciente frustración por la falta de respuestas y compromisos concretos del gobierno central. Con su llegada a Bogotá, los manifestantes buscan que sus voces sean escuchadas y que sus propuestas sean consideradas como parte fundamental en el proceso de paz en Colombia.




