Arezou Badri fue tiroteada por policías, cuando conducía en Nour, al no atender la orden de detenerse. Su carro tenía una orden para confiscarlo por no respetar el código de hiyab.
Según los medios, una mujer de 31 años que no llevaba el velo islámico requerido en Irán quedó paralítica después de recibir un disparo en la espalda por parte de las fuerzas de seguridad.
Según un informe de la BBC Persa, que cita a una fuente informada, Arezou Badri, madre de dos niños pequeños, fue tiroteada cuando conducía en la ciudad de Nour, en la norteña provincia de Mazandaran, el 22 de julio de 2024.
Los agentes se dieron cuenta de que había una orden para confiscar el vehículo por no cumplir con el estricto código de hiyab cuando intentaron pararlo. En los últimos meses, se ha estado implementando en el país una medida para obligar al uso del velo islámico.
Las autoridades envían un mensaje de texto a los propietarios de los vehículos en los que se encuentran mujeres sin velo para informarles de que su vehículo será confiscado. Al no detenerse, Badri recibió un disparo en la espalda mientras los agentes disparaban primero contra los neumáticos del carro.
Después de un período de aproximadamente diez días, los equipos médicos lograron retirar la bala de la cintura de Badri, pero sus pulmones y su médula espinal sufrieron daños significativos, lo que le impide caminar. No se sabe si la mujer ha quedado paralítica de manera definitiva o temporal, según los especialistas.
En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Valiasr de Teherán, Badi se encuentra bajo estrictas medidas de seguridad. Los agentes solo permiten que su familia la visite durante unos minutos después de quitarles los teléfonos móviles, con el fin de evitar que salgan imágenes de la víctima.
Desde abril de 2024, las autoridades iraníes iniciaron una campaña llamada Plan Luz para obligar a las mujeres a usar el velo islámico, que habían dejado de usarlo después de la muerte de Mahsa Amini en septiembre de 2022, mientras estaba bajo custodia policial.
