En las últimas dos semanas, Cundinamarca ha enfrentado una crítica emergencia ambiental con 30 incendios forestales registrados en diferentes provincias del departamento. Uno de los más graves se reporta en el municipio de Nilo, donde las llamas han consumido cerca de 45 hectáreas de bosque en inmediaciones de la Base Militar Aérea de Tolemaida.
El gobernador Jorge Emilio Rey advirtió que las altas temperaturas, sumadas a la acción de manos inescrupulosas, han sido detonantes de esta ola de incendios. “Estamos en alerta máxima, en coordinación con los organismos de gestión del riesgo y la comunidad para contener las llamas”, indicó. En Nilo, el incendio se encuentra controlado en un 60%, pero amenaza con extenderse a zonas habitadas y reservas naturales.
Los bomberos, con apoyo de la Fuerza Aeroespacial, emplean helicópteros y líquidos retardantes para apagar los focos más críticos, que se han vuelto subterráneos en algunos puntos del cerro La Palmita. Mientras tanto, en municipios como Sasaima, Simijaca, Pandi y Tocancipá también se han reportado emergencias, con más de 83 hectáreas afectadas en total.
Las autoridades insisten en la necesidad de mayor apoyo nacional, especialmente en recursos aéreos, y hacen un llamado a la ciudadanía para extremar precauciones y evitar conductas irresponsables que detonen nuevos incendios. La situación mantiene en alerta a comunidades rurales que temen por su seguridad, el suministro de agua y la estabilidad de sus territorios.




