Fenalco dio a conocer que productos tan comunes como una gaseosa, las papas y un ponqué cubierto de chocolate, entre otros, se encarecería significativamente si prospera el impuesto a las bebidas azucaradas y los alimentos procesados que propone el Gobierno, en el marco de la reforma tributaria, unido a los altos costos de los insumos, producto de la inflación que vive el país, afectando a los tenderos.
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, alertó sobre el efecto que tendría la imposición de un nuevo impuesto del 10% a productos como refrescos, gaseosas y pasabocas, no solo en el bolsillo de los tenderos y consumidores, sino sobre toda la cadena de valor.
Así, productos agrícolas provenientes mayoritariamente de regiones como Boyacá, Cundinamarca, Risaralda y Nariño, como la papa, el plátano, la yuca, los cereales y la leche, que surten de materia prima a la industria de alimentos empacados se verían impactados por la medida.
Tenderos y cadena de valor
Todos los productos intermedios de la cadena de valor también sufrirían una afectación, al igual que la red de distribución logística, la cual surte a las tiendas aún en los más apartados lugares.
Agrega que “los hogares colombianos, en particular los de estratos populares, tendrían que pagar un sobreprecio en estos alimentos, lo que generaría automáticamente un impacto en el costo de la canasta familiar».
El gremio de los comerciantes recordó que recientemente la firma Raddar mostró que gravar las bebidas azucaradas y los productos ultraprocesados, tal como se propone en la reforma, provocará un aumento de la inflación del 1.89% y Fedesarrollo calcula que el impacto sobre el costo de vida de las familias de bajos ingresos sería del 3%.
El costo del impuesto
En la actualidad la compra de una gaseosa, un paquete de papas y un ponqué cubierto de chocolate, en una tienda de barrio, en promedio cuesta alrededor de $4.700: $1.800 la gaseosa, $1.100 las papas y $1.800 el ponqué.
Al reajustarse su precio un 10% en promedio, el valor a desembolsar sería de $5.250, pues el tendero reajusta hacia arriba el costo de cada uno de los productos, ya que no es posible dar vueltas que impliquen moneda fraccionaria inferior a 50 pesos. Por lo anterior, el incremento final sería de 11.7%, cifra sin considerar la inflación actual y el incremento del precio de la gasolina, que también repercuten en los costos finales de los productos.
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Según Cabal, “somos reiterativos en advertir que los micro y pequeños empresarios del canal tradicional necesitan con urgencia medidas que propendan por su reactivación y no por su desaparición, de hecho hemos alertado que están en peligro de desaparecer cerca de 250.000 tiendas. Los ingresos de los tenderos se encuentran muy por debajo de los niveles registrados en 2019, según encuestas nuestras y la Encuesta de Microestablecimientos, que el Dane recién publicó”.
La categoría de refrescos y bebidas azucaradas es vital para las ventas de una tienda y además es gancho para el consumo de otros productos como pasabocas, panadería y alimentos preparados, como las tradicionales empanadas, por lo cual el impuesto los afecta.
Según Fenaltiendas, los snacks y las bebidas azucaradas son dos de los productos que en promedio dejan mayor margen de rentabilidad en las tiendas: entre 11% y 15%. El resto de las categorías tienen una utilidad promedio entre 6% y 10%.
Agregó Cabal que “medidas que perjudiquen a las familias de menores ingresos y a las micro y pequeñas empresas truncan la posibilidad de reactivación de este segmento, tan necesitado de apoyo para salir de la crisis. Bajo esta perspectiva, sugerir un impuesto para financiar, así sea el más loable propósito, sin reparar en el daño que una iniciativa de esta magnitud pueda tener sobre numerosas actividades empresariales, es una opción inconveniente y desacertada”.
