Ignoraron su dolor por 20 años

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Irlanda del Norte. Lo que durante años fue calificado por los médicos como “exageración adolescente” terminó siendo una grave enfermedad que cambió por completo la vida de Laurene Agnew, una mujer que pasó más de dos décadas luchando por ser escuchada. Su caso, hoy viral en redes, revela una de las formas más crueles de negligencia médica: la desestimación sistemática del dolor femenino.

Desde los 13 años, Laurene sufría cólicos menstruales intensos, pero sus quejas eran ignoradas por los especialistas, quienes atribuían sus síntomas a su peso, su dieta o incluso a un supuesto “bajo umbral del dolor”. No fue hasta los 22 años —y luego de múltiples consultas— que una cirugía reveló la verdad: endometriosis en estadio IV, con tejido endometrial invadiendo múltiples órganos.

Durante años, Laurene se sometió a al menos una cirugía cada dos años con la esperanza de encontrar alivio. En ese proceso, le fueron extirpados el útero, cuello uterino, trompas de Falopio, apéndice y parte del intestino, en un intento desesperado por controlar el avance de la enfermedad. Aun así, sus síntomas persistieron.

“Creía que había algo mal en mí, que estaba loca por sentir un dolor que nadie tomaba en serio”, contó Laurene. Su caso no solo expuso las fallas del sistema médico británico, sino también el impacto psicológico de ser ignorada por más de media vida.

En 2020, se sometió a una histerectomía con la esperanza de mejorar, pero el dolor continuó. Fue entonces cuando, por iniciativa propia, viajó a Rumania, donde el médico Gabriel Mitroi identificó la verdadera causa de sus síntomas actuales: un daño nervioso severo ocasionado por las cirugías previas.

Gracias a una campaña de GoFundMe, Laurene pudo recaudar 24.000 libras esterlinas para costear el procedimiento en el extranjero. La cirugía fue un éxito, y seis meses después, aseguró: “No he sentido agonía desde la mañana siguiente. Por primera vez en años, siento que puedo mantenerme en pie”.

Hoy, Laurene utiliza sus redes sociales para visibilizar la endometriosis y exigir cambios estructurales en la atención médica: “El dolor de las mujeres no puede seguir siendo minimizado. No estamos exagerando. Necesitamos una medicina que nos escuche”, concluye.

Su historia ha tocado a miles y sirve como llamado urgente para mejorar el diagnóstico temprano y el tratamiento integral del dolor crónico ginecológico en todo el mundo.


Compartir en