Tumaco vive horas de miedo. Las detonaciones se escucharon como un trueno en medio de la calma matutina del pasado viernes. En el sector de Candamo, barrio “La Ciudadela”, Comuna 5, vecinos que apenas se alistaban para salir a trabajar se encontraron de frente con la muerte: el cuerpo ensangrentado de un joven tirado en plena calle.
Testigos relatan que un sujeto desconocido, sin levantar sospechas, se acercó a su objetivo y, a quemarropa, le descargó cuatro disparos letales. La víctima, identificada como Víctor Duván Díaz Sierra, de 25 años, quedó tendida boca abajo mientras la gente corría despavorida. Las sirenas de la Policía y el CTI rompieron el silencio segundos después, pero ya era tarde.
Pánico
En la inspección técnica del lugar, agentes judiciales hallaron al joven con heridas en el tórax, mentón y cuello, confirmando la brutalidad del ataque. El documento de identidad en su bolsillo permitió su rápida identificación. Trascendió que Díaz Sierra tenía antecedentes por tráfico y porte ilegal de armas (2022), extorsión (2021) y concierto para delinquir (2021), datos que alimentan las hipótesis sobre un posible ajuste de cuentas.
Pero la jornada sangrienta no terminó allí. En horas del mediodía, en el barrio Pantano de Vargas (Comuna 3), muy cerca del Cementerio Central, otro ataque volvió a teñir de rojo las calles de Tumaco. Esta vez la víctima fue Hugo Armando Guerrero Díaz, de 47 años, conocido en los bajos mundos como alias “Águila”.
Tiroteo
Hugo caminaba de la mano con su pareja sentimental cuando, según testigos, un hombre joven, de aspecto elegante, apareció de repente. Tras asegurarse de que nadie lo seguía, desenfundó un arma de fuego y, sin pronunciar palabra, descargó cuatro disparos a quemarropa sobre Guerrero. La escena fue dantesca: la víctima cayó fulminada mientras su agresor huía por una callejuela estrecha, perdiéndose entre la multitud.
La pareja de Hugo, en estado de shock, gritaba pidiendo auxilio. Un conductor particular intentó salvarlo y lo trasladó de urgencia a la Clínica Puente del Medio, pero los médicos no pudieron hacer nada. Hugo llegó sin signos vitales.
El CTI y la Policía Judicial ya investigan ambos casos. Aunque no descartan la hipótesis de ajustes de cuentas, las autoridades no han revelado los móviles exactos de los crímenes. Los vecinos, por su parte, temen que la violencia se recrudezca y exigen presencia permanente de las fuerzas del orden. Dos asesinatos, dos escenas de horror, dos nombres ya identificados. Tumaco vuelve a ser noticia no por su mar ni su cultura, sino por las balas que no cesan y que, a plena luz del día, siguen apagando vidas en la Ciudad Puerto.




