Según Indepaz, las víctimas se encontraban reunidas en un lugar público cuando un grupo armado cometió la masacre. Organizaciones sociales y autoridades indígenas de la región se han pronunciado sobre el ataque, que habría ocurrido en la zona del Naya, en los límites entre Buenaventura y el departamento del Cauca.
Estas organizaciones señalaron que la masacre no se produjo en Buenaventura, sino en el municipio de López de Micay, en la costa Pacífica del Cauca. Sin embargo, esta información está siendo verificada, ya que las autoridades del Valle del Cauca han sido las primeras en pronunciarse, indicando que el crimen ocurrió en su jurisdicción.
Los asesinatos, cuya hipótesis más fuerte apunta a ejecuciones, habrían ocurrido el pasado domingo 8 de septiembre en la vereda Sagrada Familia. Allí, cinco mujeres y siete hombres fueron asesinados mientras compartían en un lugar público, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), que confirmó la información a través del Ministerio Público.
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Por otro lado, la Defensoría del Pueblo había emitido la alerta temprana AT 033/20, que incluye los municipios de Guapi, López de Micay y Timbiquí (Cauca), advirtiendo sobre el riesgo latente en la región debido a la confrontación entre grupos armados ilegales que luchan por el control territorial. Estas organizaciones buscan dominar la cadena del narcotráfico, especialmente en zonas de cultivos ilícitos, procesamiento y transporte de drogas, además de otras actividades ilegales como la minería, el tráfico de armas y la explotación ilegal de madera.
Eduin Mauricio Capaz, líder indígena, calificó la masacre en el Naya como “horrorosa” y recordó que esta región ha sido víctima de abandono por años. «Sus habitantes sobreviven día a día, y solo se les recuerda después de tragedias como esta», agregó.
Las autoridades indican que no habría civiles entre las víctimas, quienes presuntamente serían integrantes de grupos armados ilegales. Entre los actores armados que operan en la zona se encuentran el frente ‘José María Becerra’ del ELN, el frente 30 ‘Rafael Aguilera’, y la disidencia ‘Jaime Martínez’ del autodenominado Estado Mayor Central (EMC), así como otras bandas locales.
La Defensoría del Pueblo advierte que en esta zona del Naya, en los límites entre Cauca y Valle, existen tres principales focos de riesgo debido a la actividad de estos grupos, lo que amenaza los derechos de las comunidades locales.


