La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, anunció el inicio de la producción de la nueva Bienestarina líquida “De Mi Tierra”. El suplemento nutricional se elabora con pulpa de mango 100% natural y se distribuye en envases de un litro. ICBF lanza la nueva Bienestarina líquida hecha con frutas colombianas.
Este nuevo formato busca mejorar la nutrición de niños y niñas con un producto fácil de consumir y con ingredientes cultivados en Colombia. Además del mango, el ICBF planea lanzar versiones con harina de plátano y papa china.
“El producto no tiene sabor artificial. Es mango real. Y ya viene una versión para desnutrición severa basada en papa china”, explicó Cáceres.
Ingredientes colombianos y enfoque territorial
La iniciativa forma parte de la estrategia “Bienestarina Más Nuestra”, creada en 2023 por el Gobierno Nacional para renovar el enfoque nutricional del país. El plan reemplaza ingredientes importados como soya, trigo y linaza por productos regionales como yuca, fríjol, sacha inchi, plátano y ahuyama.
Ya está en producción, Bienestarina de mi Tierra, es Liquida con mango (no con sabor a… no!). Tamaño familiar. Pronto habrá con otras frutas y también con harina de plátano. En camino un alimento especial para recuperación de desnutrición con base en papa china. #HambreCero pic.twitter.com/e86iFdmHMm
— Astrid Cáceres (@AstridCaceresC) July 10, 2025
La nueva fórmula considera los hábitos alimenticios de las regiones y promueve el desarrollo rural. Así, el ICBF adapta la producción de Bienestarina a las realidades de cada territorio.
La directora aseguró que esta política tiene como propósito garantizar alimentos culturalmente apropiados y apoyar a los pequeños productores locales.
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Más allá de la nutrición: reactivar el campo colombiano
La transformación de la Bienestarina busca algo más que alimentar. También apunta a reactivar la economía campesina. Al usar ingredientes locales, el ICBF incorpora a comunidades agrícolas a la cadena de valor, generando empleo y fortaleciendo la soberanía alimentaria.
Este cambio, según el Gobierno, responde a la necesidad de combatir la desnutrición desde una perspectiva estructural: “alimentar con dignidad, calidad y sentido de pertenencia”, según palabras de Cáceres.
En regiones como La Guajira, ya se aplican fórmulas regionales como la “Senharina”, que mezcla productos tradicionales como maíz, trupillo y fríjol Kapeshuna.



