
Un análisis reciente de Thoughtworks apunta que el “buzz” de IA va más allá de palabras bonitas: estamos en el momento en que los equipos tienen que orquestar infraestructuras gigantescas (GPUs múltiples, pipelines complejos) sólo para que los modelos de IA funcionen decentemente.
El blog menciona que muchos modelos ya no caben siquiera en una GPU, y que las organizaciones están adoptando programación “topology-aware”, herramientas de monitorización especializada (como NVIDIA DCGM Exporter) y arquitectura de plataformas pensadas para IA, no solo para webs simples.
¿Qué significa para creadores como tú? Que cuando usas una herramienta de IA, hay una “cadena” gigantesca detrás: hardware, optimización, tiempo, coste. Que algo “funcione” bien en tu pantalla no es trivial. Esto también abre oportunidades: podrías contar en tu portal “cómo funciona internamente la IA para diseñadores”, o hacer una pieza que simplifique ese mundo para artistas/comediantes.
Además, esta tendencia sugiere que el crecimiento en IA no será solo “nuevas apps” sino “nuevos backends”. Y si estás pensando en contenido futuro: quizá te interese explorar “infraestructura creativa” junto con “herramientas creativas”.
En resumen: la IA ya no es solo una palabra de moda, es una disciplina que exige ingeniería de verdad. Y eso es algo que merece contarse.




