Un reconocido jugador de fútbol del Atlético Huila sufrió de un robo en horas de la noche mientras se encontraba departiendo en un reconocido restaurante de la capital bambuquera.
El robo
El delantero del club deportivo local, vivió un percance al dejar su automóvil parqueado en las afueras de un establecimiento local cuando desde afuera se escucharon personas gritarle a alguien ladrón. Con lo que no contaba el jugador, era que se trataba de su vehículo, al que le habían sustraído una de sus partes, específicamente, el espejo retrovisor.
Es de resaltar que el automotor es de gama alta y por lo tanto los repuestos, además de ser muy costosos, no son tan fáciles de conseguir en el mercado local, por lo que pide que se lo devuelvan, así le toque pagar alguna recompensa. Esto ha causado indignación en la comunidad puesto que reclaman que los dueños de lo ajeno están tomándose la ciudad, sin poder hacer nada.
Aunque las autoridades se hicieron presentes, poco se pudo hacer en el momento ya que los facinerosos habían huido con el botín. Ya se están revisando cámaras de seguridad en el sector para poder dar con el paradero de estos sujetos, que según fuentes extraoficiales se movilizaban en una motocicleta de color negro.
Los datos
De acuerdo con un informe entregado por Asopartes, en la mayoría de los vehículos que son robados no son revendidos, sino que pasan a desguazaderos, donde se separan todas las partes del carro o la moto para luego comercializarlas.
Las partes luego son distribuidas a locales comerciales en la ciudad, donde son vendidas en algunos casos como si fueran nuevas. Estos establecimientos, en mayor parte, se encuentran en zonas de la ciudad ya identificadas por las autoridades, como la carrera Tercera, Zona Industrial y la avenida Circunvalar.
Sin embargo, recientes investigaciones han dado a conocer que en lucrativo negocio partes robadas, estas también son llevadas a diferentes partes de Colombia, e incluso en ocasiones son transportadas fuera del país con rumbo a Venezuela y Ecuador.
Pie de foto: Wilfrido de la Rosa, víctima.
