Los habitantes de la ciudad capital del huila, se encuentran preocupados debido al incremento de los hurtos en las comunas 1, 2, 6 y 10 ya que son las más azotadas por la delincuencia en los últimos meses. Los malhechores cometen sus actos y huyen con los bienes de los incautos. No han servido los planes, programas y proyectos que son implementados por la administración municipal para contrarrestar la oleada de robos, lo que genera que la percepción ciudadana no mejore.
No se puede ‘dar papaya’ porque las oportunidades hacen al delincuente, que no duda en ejecutar su fechoría y si es necesario se lleva una vida en el intercambio de agresiones y amenazas por bienes, que dejan de ser propios para pasar a un extraño. Cuando se pierde algo de esta manera, ‘por las malas’, se genera una etapa de emociones y sentimientos que se asemejan al duelo, a la pérdida de la tranquilidad y a la sensación de frustración.
En últimas, la culpa es compartida, porque lo cierto es que el hurto no es más que la demostración del conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano en una comunidad.
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