En horas de la tarde y a plena luz del día, el barrio Emayá, al sur de Neiva, se convirtió en escenario de un violento intento de robo que dejó a tres presuntos asaltantes heridos y a la comunidad en estado de ‘shock’. Los individuos, quienes son conocidos por su actividad delictiva en la zona, habrían ingresado a varias viviendas a través de los techos con la intención de hurtar el cableado eléctrico. Sin embargo, lo que parecía ser un hecho delictivo más, terminó en un caos inesperado.
Sindicados de hurtar el cableado
El primer ladrón, que intentaba descolgarse del tejado, sufrió una caída grave al romperse una teja de Eternit de una de las casas, quedando gravemente herido. Según testimonios de los vecinos, los gritos del bandido resonaron por las calles, generando una rápida reacción entre los habitantes del sector. El segundo delincuente, apodado “La Chilga”, intentó escapar del lugar, pero rápidamente fue interceptado y, en un acto de justicia por mano propia, los vecinos lo retuvieron y le propinaron una brutal golpiza, una práctica conocida localmente como «paloterapia» o masaje comunitario, y posteriormente lo entregaron a los uniformados del cuadrante que acudieron ante el urgente llamado de la ciudadanía.
Las peticiones
Los residentes locales no solo están preocupados por el aumento de los hechos delictivos en la zona, sino que también exigen una mayor presencia policial. Un vecino, que prefirió mantener su identidad en el anonimato por temor a represalias, expresó su frustración: “Casi todos los días se presentan atracos. Los indigentes se meten a las casas a robarse los cables. Por acá nunca patrullan los del cuadrante”. La inseguridad ha generado un clima de miedo, y los habitantes sienten que deben defenderse solos ante la falta de acción por parte de las autoridades.
En la búsqueda
La Policía de Neiva ha iniciado investigaciones para dar con el paradero del tercer implicado, que logró huir tras el incidente. Mientras tanto, los vecinos de este concurrido sector de la Capital Huilense permanecen en alerta, esperando que las autoridades respondan a sus demandas de seguridad. La situación pone de manifiesto un problema más amplio que enfrenta la ciudad, donde el aumento de la delincuencia y la falta de recursos para combatirla se han convertido en una preocupación constante.
Este evento no son un caso aislado, sino un reflejo de la lucha diaria de las comunidades por vivir en un entorno seguro. La necesidad de una respuesta efectiva por parte de las fuerzas del orden es más urgente que nunca. La situación en Neiva exige atención inmediata para evitar que la violencia y el miedo se normalicen en las calles.
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Pie de foto: Alias “La chilga”




