Para preparar un hummus suave, cremoso y con buen sabor, comienza reuniendo garbanzos cocidos. Si usas garbanzos de lata, enjuágalos bien bajo el grifo para eliminar el exceso de sodio y residuos del líquido de conservación. Si los coces tú mismo, remójalos desde la noche anterior y cuécelos hasta que estén muy tiernos. Mientras más blandos estén, más cremoso será el hummus.
Coloca los garbanzos en un procesador de alimentos. Agrega dos cucharadas de tahini (pasta de sésamo), un diente o dos de ajo, el jugo de un limón fresco y sal al gusto. Añade una o dos cucharadas de aceite de oliva extra virgen y empieza a procesar. Si la mezcla está muy espesa, agrega agua fría poco a poco. El agua fría ayuda a que la textura final sea más ligera y sedosa.
Procesa durante varios minutos hasta lograr una consistencia completamente lisa. Es importante dejar correr el procesador el tiempo necesario para romper las fibras de los garbanzos. Prueba y ajusta: quizás quieras más limón, más tahini o un toque adicional de sal. Una vez satisfecho con el sabor, transfiere el hummus a un plato.
Para finalizar, haz un pequeño remolino en la superficie con una cuchara, añade un chorrito generoso de aceite de oliva y espolvorea pimentón dulce o paprika. También puedes agregar perejil picado o granos de garbanzo enteros para decorar. Sirve con pan pita, vegetales crudos o como acompañamiento de platos principales.


