La capital colombiana atraviesa uno de los años más violentos de la última década. Según el Sistema de Información Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco), Bogotá registró un total de 1.204 homicidios en 2024, marcando el número más alto desde 2016. Esta cifra representa un aumento del 11% en comparación con el año anterior, reflejando una preocupante tendencia al alza en la violencia.
Las localidades que concentraron el mayor número de muertes violentas fueron Kennedy, Ciudad Bolívar y Bosa, aunque al analizar la tasa por cada 100.000 habitantes, las zonas más afectadas fueron Santa Fe y Los Mártires.
La respuesta de la Secretaría de Seguridad
Desde la Secretaría de Seguridad de Bogotá, el secretario César Restrepo brindó detalles sobre las causas que podrían explicar este aumento de homicidios. En una entrevista con El País, Restrepo explicó que más de la mitad de los asesinatos fueron producto de disputas entre bandas criminales, especialmente por el control territorial de la ciudad. Además, indicó que el 60% de las víctimas tenían antecedentes judiciales, lo que sugiere un alto vínculo con actividades ilegales.
Restrepo también destacó que el pico máximo de homicidios se alcanzó en septiembre de 2024, y que desde ese momento la cifra ha mostrado una disminución, lo que podría indicar que las medidas implementadas por la administración de Carlos Fernando Galán están comenzando a dar resultados.
El llamado a la acción
A pesar de la ligera mejora observada en los últimos meses, la Fundación Bogotá Cómo Vamos ha hecho un llamado urgente a las autoridades para diseñar estrategias más efectivas que combatan la violencia en la ciudad. “Abordar este problema requiere más que contar víctimas. Es fundamental desagregar los datos para diseñar estrategias efectivas: identificar el dónde, cómo, cuándo y quiénes, permite dar el primer paso hacia una Bogotá con menos muertes violentas en 2025”, expresó la organización.
En este contexto, la estrategia de la Alcaldía, «Bogotá Camina Segura», se ve cuestionada ante los resultados de violencia, y se plantea la necesidad de una revisión más profunda para enfrentar las disputas territoriales de las bandas criminales y garantizar la seguridad de los ciudadanos en el futuro cercano.
Con las cifras alarmantes de homicidios y la creciente preocupación de los bogotanos, 2025 se perfila como un año clave para frenar esta espiral de violencia que ha marcado el inicio de la administración actual.
