HISTÓRICO PACTO EN EL AGRADO

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Tras años de lucha y 11 mesas de diálogo, la Alcaldía de El Agrado firmó un acuerdo que beneficia a la comunidad afectada por el proyecto hidroeléctrico El Quimbo

Después de más de 15 años de afectaciones por la ejecución del proyecto hidroeléctrico El Quimbo, la comunidad de la vereda La Cañada, en el municipio de El Agrado, por fin recibe respuestas concretas. Este jueves se firmó un acuerdo histórico entre la Alcaldía de El Agrado, liderada por María Nelffy Rincón Méndez, y la empresa Enel Colombia, con el acompañamiento de la Comisión Quinta del Congreso de la República.

El pacto se logró en el marco del trabajo adelantado por la Comisión Accidental de Seguimiento a los Afectados por El Quimbo, presidida por la representante huilense Leyla Rincón, quien ha encabezado 11 sesiones de diálogo desde noviembre de 2024. La firma tuvo lugar en la sede regional de la Defensoría del Pueblo, que actuó como garante del proceso.

Conectividad y educación

El acuerdo establece la construcción de 7,5 kilómetros de placa huella, que permitirá conectar a la comunidad de La Cañada con la vía departamental, mejorando radicalmente su acceso al resto del municipio y facilitando el transporte de productos agrícolas.

Adicionalmente, se garantiza la prestación del servicio de transporte escolar por dos años, una medida vital que asegura el derecho a la educación de niños, niñas y jóvenes. Hasta ahora, los estudiantes debían cruzar el río Magdalena para llegar a su institución educativa en la vereda La Jagua del municipio de Garzón, poniendo en riesgo su seguridad y permanencia escolar.

Voluntad política

La alcaldesa María Nelffy Rincón Méndez fue clave en la construcción de este acuerdo. “Esto es una victoria para nuestra gente, un paso hacia la reparación y la dignidad. Seguiremos vigilantes para que lo pactado se cumpla en los tiempos establecidos”, señaló. Su papel articulador ha sido reconocido tanto por los congresistas como por la comunidad.

Por su parte, la representante Leyla Rincón aseguró que este es un modelo de cómo el diálogo, la persistencia comunitaria y el compromiso institucional pueden converger para resolver conflictos sociales y ambientales históricos. “La voz de La Cañada fue escuchada”, afirmó.

Precedente

La firma de este acuerdo sienta un precedente para otras comunidades afectadas por megaproyectos en el Huila y el país. Se demuestra que, con voluntad política, es posible avanzar en la reparación integral, la conectividad rural y la garantía de derechos fundamentales como la educación y la movilidad.

Ahora, el reto será el cumplimiento efectivo de los compromisos y el seguimiento continuo por parte de todos los actores involucrados.


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