Estas experiencias son posibles gracias a la estrategia ‘CompromeTIO con Cali 2025’, liderada por la Secretaría de Desarrollo Territorial y Participación Ciudadana Distrital y contemplada en el Plan de Desarrollo ‘Cali, Capital Pacífica de Colombia’.
Luis Esteban Castillo, hoy formador asistente en la Fundación Génesis, llegó a este proceso hace una década motivado por su pasión: el fútbol. Desde el año pasado, tras demostrar compromiso y disciplina, recibió la oportunidad de asistir al entrenador en sus clases.
Sueña con ser jugador profesional y tiene claro que “la disciplina, el entrenamiento y el esfuerzo” son claves para alcanzar su meta, sin descuidar sus estudios, los cuales considera fundamentales. Su proceso ha sido respaldado por su familia y por su formador Édinson Sánchez, y es testimonio de que cuando se tienen metas claras, todo es posible.
Por su parte, Justin, de tan solo nueve años, es participante de ‘Danza para la Paz’, iniciativa de la Fundación Artística, Cultural y Social Ritmo Caleño, dirigida por Jair Andrés Chará. Aunque tuvo una breve experiencia en fútbol, rápidamente descubrió que su lugar estaba en la danza.
“Yo veía cómo se divertían los niños y también quería entrar a la diversión”, cuenta. Para él, ese espacio significa juego, libertad y crecimiento. “Si nos equivocamos, está bien, no pasa nada. Podemos estar tranquilos si nos pasa algo malo”, expresó, reflejando la seguridad emocional que ha encontrado allí. Su sueño es ser como su profesor y “ser exitoso en todo sentido”.
Justin invita a más niños a sumarse “para disfrutar lo que yo y muchos otros niños disfrutamos”. En su voz queda claro que Ritmo Caleño no es solo un lugar para bailar, sino un entorno donde puede ser él mismo, crecer y proyectar su futuro.
Ambas historias demuestran que cuando los jóvenes cuentan con el respaldo adecuado, las oportunidades no solo se aprovechan, se transforman en sueños posibles.




