La noche del 13 de noviembre de 1985 cambió el rumbo el municipio de Armero Tolima.
Armero-Guayabal, ubicado en la vertiente oriental de la Cordillera Central de Colombia, es un municipio que se extiende en un amplio valle alimentado por los ríos Lagunilla, Sabandija, Cuamo y Magdalena. Con una población de 11.490 habitantes, este territorio se caracteriza por su fértil suelo, donde más del 50% del área está destinada a la producción agropecuaria, con altos niveles de tecnificación. La cabecera municipal es Guayabal, el centro urbano y administrativo del municipio, punto neurálgico de la vida cotidiana de la región.
Uno de los episodios más trágicos en la historia de Colombia tuvo lugar en Armero. El 13 de noviembre de 1985, la erupción del volcán Nevado del Ruiz, tras décadas de inactividad, provocó la destrucción del municipio de Armero. Flujos de lodo y escombros descendieron a gran velocidad, sepultando la ciudad y causando la muerte de más de 20.000 personas. La tragedia dejó una profunda marca en la memoria nacional, con historias como la de Omaira Sánchez, una niña que agonizó durante tres días bajo los escombros, convirtiéndose en símbolo de esta catástrofe.
RECIENTEMENTE
Hoy en día, las ruinas de Armero se han convertido en un lugar de memoria y reflexión. El Parque ‘Los Fundadores’, el Memorial a las víctimas y la tumba de Omaira Sánchez son algunos de los sitios que invitan a los visitantes a recordar lo ocurrido en este lugar. Además, el municipio recibió la visita del Papa Juan Pablo II en 1986, quien declaró Armero como «Campo Santo», consolidando su importancia como un sitio de duelo y reconciliación para los sobrevivientes y sus descendientes.
Armero-Guayabal, entre su dolorosa historia y su vibrante cultura, es un símbolo de la resistencia y el legado de una región que se niega a ser olvidada.
Armero-Guayabal también es un destino gastronómico de gran tradición. El tamal tolimense, la lechona, el viudo de pescado y el sancocho de gallina criolla son algunos de los platos típicos que los visitantes pueden disfrutar en la región, acompañados del tradicional masato. La rica oferta culinaria es una ventana a la esencia de la cultura tolimense.
El municipio celebra anualmente dos grandes festividades. Entre el 5 y el 9 de agosto, se lleva a cabo la Feria y Fiesta en honor al Señor de la Salud, una celebración religiosa de gran relevancia local. En las mismas fechas, se realiza el Reinado Municipal del Folclor y la Agricultura, una festividad que incluye desfiles, eventos deportivos, feria ganadera, muestra cultural y, por supuesto, el tradicional festival gastronómico, todo en un ambiente de fiesta y celebración.
