Helicobacter pylori: la infección silenciosa que amenaza a millones

Helicobacter pylori: la infección silenciosa que amenaza a millones
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La bacteria que podría llevar a millones a desarrollar cáncer de estómago

Una bacteria que habita en el estómago de más de la mitad de la población mundial podría ser la causante silenciosa de millones de casos de cáncer gástrico. Se trata de Helicobacter pylori, un microorganismo que, si bien en muchos casos pasa desapercibido, puede desencadenar inflamación crónica, úlceras e incluso cáncer si no se detecta a tiempo.

¿Qué es Helicobacter pylori?

Helicobacter pylori es una bacteria en forma de espiral que sobrevive en el ambiente ácido del estómago. Se transmite por vía oral, a través de alimentos, agua o contacto cercano con personas infectadas. En muchos casos, las personas no presentan síntomas, lo que dificulta su diagnóstico temprano.

Según la Organización Mundial de la Salud, esta bacteria es el principal factor de riesgo para el desarrollo de cáncer gástrico, una de las formas de cáncer más letales y comunes en países de ingresos medios y bajos.

Cómo daña el organismo

Aunque no todas las personas infectadas desarrollan enfermedades graves, H. pylori puede causar gastritis crónica, úlceras pépticas y, con el tiempo, lesiones precancerosas en la mucosa gástrica. Estas alteraciones, si no se tratan, pueden evolucionar en adenocarcinoma, el tipo más común de cáncer de estómago.

La infección sostenida genera una inflamación constante que debilita el revestimiento del estómago y modifica su estructura celular, creando un ambiente propicio para la aparición de tumores.

¿Quiénes están en riesgo?

Las condiciones de higiene precarias, el consumo de agua contaminada, la falta de acceso a diagnóstico oportuno y antecedentes familiares elevan el riesgo de infección y de consecuencias graves. En América Latina, Asia y África, la prevalencia de H. pylori es particularmente alta, lo que eleva también la carga de enfermedad relacionada.

Prevención y diagnóstico temprano

Detectar la infección a tiempo puede marcar la diferencia. Pruebas de aliento, análisis de sangre o biopsias gástricas permiten identificar la presencia de la bacteria. El tratamiento consiste en una combinación de antibióticos y medicamentos para reducir la acidez estomacal.

Además, adoptar hábitos de higiene adecuados, como lavarse las manos, consumir agua potable y manipular alimentos de forma segura, puede prevenir nuevas infecciones.

¿Estamos frente a una amenaza global?

Los expertos advierten que, si no se toman medidas de salud pública para mejorar el diagnóstico y tratamiento de H. pylori, los casos de cáncer gástrico podrían aumentar dramáticamente en las próximas décadas. Esta amenaza silenciosa necesita más atención de gobiernos, sistemas de salud y la sociedad en general.


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