Héctor Ortega, el ‘maestro’ de construcción que falleció

Héctor Valencia Ortega fue un reconocido ciudadano, quien también se dedicaba a la venta de verduras.
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Los habitantes de la cabecera municipal de El Bordo, Patía, sur del Cauca, se encuentran consternados tras conocer el fallecimiento del señor Héctor Valencia Ortega de 84 años de edad. Según las comunidades, su deceso se produjo por algunas complicaciones en su estado de salud.

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Uno de sus amigos explicó que don Héctor Ortega fue un reconocido ciudadano quien trabajaba como maestro de construcción y vendedor de todo tipo de verduras y frutas. “Debido a que su estado de salud se complicó, sus allegados lo llevaron al hospital local donde fue atentado en la sala de urgencias, luego de ser valorado, los médicos de turno ordenaron remitirlo a un hospital de mayor nivel de la ciudad de Popayán. Alla, su salud empeoró aún más, lo que infortunadamente le generó un paro cardiaco, el cual acabó con su existencia”.

El compañero agregó que el señor Héctor, gracias a su forma de ser había logrado ganarse el cariño, aprecio y respeto de los ‘Bordeños’. “Hemos perdido un extraordinario ser humano, una persona entregada a su familia, era un ejemplo para los demás. Se destacó por ser trabajador, con ganas de salir adelante. Su humildad y bondad llevaron a que la gente lo quisiera mucho. Hoy lloramos su partida hacía la vida eterna, pero estamos tranquilos porque sabemos que Dios le ha perdonado todos sus pecados para que disfrute de la vida eterna y del reino de los cielos”.

El señor Valencia era maestro de construcción y comerciante de verduras junto a su esposa, Doña Rosalba también fallecida; era tío del escritor payanés Marco Antonio Valencia Calle. De su matrimonio con Doña Rosalba sobreviven sus hijos Herlinda, Nelly, Deyanira, Aida, Héctor, Wilson, Flor y Alex Valencia Arévalo, a quien desde el Diario EXTRA le enviamos nuestro saludo de condolencia y voz de solidaridad.

Su cuerpo fue velado en compañía de muchos amigos y familiares. Posteriormente se ofició una misa en memoria de su alma. Terminada la ceremonia religiosa, su despojo mortal fue conducido hasta el Campo Santo donde en medio del dolor y llanto le dieron su último adiós. “Nuestro amigo Héctor está en un lugar donde todos iremos algún día, por ahora se nos adelantó y nos dejó el grato recuerdo de una amistad valiosa e inolvidable. Pidamos a Dios que podamos recuperarnos de esta lamentable pérdida”.

Por su parte, Carlos López expresó: “Como amigo le voy a extrañar un montón y no creo que otra persona pueda recuperar el vacío que está dejando en mi corazón. Me solidarizo con ustedes que criaron a un ángel que hoy regresa al cielo”.


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