Imagen: Sarah steck/Présidence de la République/dpa/picture alliance
Merz, dirigente de la CDU, todavía no ocupa el cargo de canciller, pero ya está realizando políticas internacionales. Le preocupa particularmente el enfriamiento de las relaciones con Francia y Polonia.
Friedrich Merz convocó una cena privada con el presidente Emmanuel Macron en París, apenas tres días tras el triunfo del conservador en las elecciones de Alemania. No obstante, Merz todavía no es canciller; Olaf Scholz, del socialdemócrata, continúa en el poder.
Existen motivos de urgencia: el mandatario de Estados Unidos Donald Trump podría estar cerca de pactar la paz en Ucrania con el líder ruso Vladimir Putin, una paz dictada. Ya que ni Ucrania ni la Unión Europea se encuentren en el escenario de negociaciones. Trump busca otorgar a Europa cualquier garantía de seguridad futura para Ucrania y hacer pagar de manera costosa la ayuda militar de Estados Unidos proporcionada hasta el momento, utilizando los recursos naturales de Ucrania.
Merz quiere convertir a Alemania en una «potencia líder»
Esta semana, Macron fue el primer europeo en visitar a Trump en Washington, pero no logró obtener ninguna información sobre el asunto de Ucrania. Además, persiste la amenaza de tarifas aduaneras de Estados Unidos para la importación de productos de Europa. Trump ha llegado a afirmar en relación al comercio que la UE se estableció «con el objetivo de desgastar a Estados Unidos».
Merz ha reprochado al gobierno actual de Alemania por su excesiva pasividad en términos de política exterior. Como líder gubernamental, priorizaría el fortalecimiento de las relaciones con Francia y Polonia. Unidos, conforman el conocido Triángulo de Weimar, que en el pasado tuvo un rol significativo. Hoy en día, es solo un reflejo de lo que antes era.
