Las autoridades investigan si corresponde a Sebastián García Endo, quien había sido arrastrado por el afluente.
En la zona conocida como La Cañada, jurisdicción del municipio de El Agrado, Huila, fue hallado en la mañana de ayer un cuerpo sin vida que flotaba en el río Magdalena. Aunque las autoridades no han confirmado oficialmente su identidad, se presume que podría tratarse de Edwin Sebastián García Endo, el joven de 24 años, oriundo de Saladoblanco, que desapareció tras ser arrastrado por la corriente el pasado 31 de agosto.
De acuerdo con las primeras informaciones, fueron organismos de socorro adscritos al Benemérito Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Pitalito quienes llegaron al lugar para verificar si el cadáver corresponde al joven buscado desde hace más de tres semanas. El levantamiento fue realizado con apoyo de la Policía, mientras que el cuerpo será trasladado a Medicina Legal para los exámenes forenses que determinen su plena identificación y las causas de la muerte.
Una búsqueda incansable
Desde el día de la desaparición, familiares, amigos y organismos de socorro de varios municipios se unieron en un amplio operativo de búsqueda. La emergencia se originó cuando un grupo de seis jóvenes decidió bañarse en el río Magdalena, en la vereda Matanzas del corregimiento de Criollo, jurisdicción de Pitalito.
Según versiones, cuatro de ellos fueron sorprendidos por la fuerza de la corriente. Tres lograron ser rescatados por los bomberos, luego de quedar atrapados en una peña, mientras que Sebastián García desapareció en el afluente.
Durante semanas, bomberos de Pitalito, San Agustín y otras localidades, junto con voluntarios y familiares, recorrieron varios tramos del río en un esfuerzo continuo que mantuvo en vilo a la región.
Noticia en desarrollo
El hallazgo del cuerpo en El Agrado representa un giro en esta historia marcada por la angustia y la incertidumbre. No obstante, las autoridades insisten en que será Medicina Legal la entidad encargada de confirmar si efectivamente corresponde al joven desaparecido.
Mientras tanto, la comunidad de Saladoblanco y Pitalito permanece a la expectativa. De confirmarse la identidad, se cerraría un capítulo de más de tres semanas de búsqueda incesante y se daría respuesta a la familia, que no ha dejado de exigir claridad sobre el paradero de Sebastián.
La situación deja nuevamente en evidencia los riesgos de ingresar al río Magdalena durante la temporada de crecientes, cuando la fuerza del caudal puede convertir una jornada de recreación en una tragedia.




