Francisco Herrera Luque llegó a comentar que comparar las robustas hallacas con el tamal es como comparar una llama con un camello.
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Para Tulio Hernández, «las hallacas han terminado por convertirse en el gran símbolo de pertenencia. Poderoso cable a tierra. Manjar de comunión y encuentro. Y el más importante ritual gastronómico entre los venezolanos”.
Bien, pero ¿qué significa la palabra ‘hallacas’?
La palabra hallaca tiene un origen indígena. En el artículo escrito por el periodista Miro Popić para el portal digital del diario Tal Cual nos dice “El filólogo Ángel Rosenblat es quien con mayor precisión ofrece testimonios concretos. Dice que la voz hayaca es una prolongación de ayacá del tupí-guaraní, entendida como envoltura o bojote, palabra que finalmente se impuso en castellano como hallaca.”
Si buscamos la definición en la institución más formal que existe con respecto a la lengua española, el diccionario de la Real Academia Española, RAE, podemos encontrar que, la hallaca o hayaca, que acepta las dos ortografías sin diferenciación, nos define: 1. f. Ven. Pastel de harina de maíz, relleno de un guiso elaborado con varias clases de carne o de pescado en trozos pequeños y otros ingredientes, que, envuelto en hojas de plátano o cambur, se hace especialmente por Navidad.
No, la hallaca no es un tamal
El escritor e historiador venezolano Francisco Herrera Luque llegó a comentar que comparar la robusta hallaca con el tamal es como comparar una llama con un camello. Aunque hay similitudes superficiales entre la hallaca y el tamal, y mientras que ambos platillos reflejan la rica historia y diversidad de sus respectivas culturas, la hallaca es un platillo único con su propia historia, tradición y significado cultural en Venezuela. La comparación con el tamal, aunque común, es vista por muchos venezolanos y expertos culinarios como una simplificación.
“…es como un compendio ejemplar del proceso de mestizaje. En ella están: la pasa y la aceituna de romanos y griegos, la alcaparra y la almendra de los árabes, la carne del ganado de los capitanes pobladores de Castilla, el maíz y la hoja del bananero de los indios”.
Arturo Uslar Pietri
Tipos de hallaca
«Las hallacas navideñas son el símbolo central de las fiestas decembrinas de los venezolanos; una representación colectiva que agrupa a las familias venezolanas a través de un evento familiar que se ubica fuera del espacio-tiempo de la vida cotidiana. Las hallacas navideñas constituyen para los venezolanos una representación simbólica que los caracteriza, cohesiona e identifica culturalmente; lo cual se manifiesta por medio de un rito de comensalidad».
Jorge Enrique Gómez
Si viajamos por las diferentes regiones del territorio venezolano podremos encontrar que la hallaca se prepara con ingredientes afines a los que se consiguen en el paisaje natural de cada una. Por ejemplo, en las recetas andinas aparecen ingredientes como el garbanzo, la papa, apio y caraotas, mientras que en las zonas costeras es común conseguir pescado en el guiso, o en la zona de Maracaibo se pueden encontrar las carabinas que llevan tajadas y caraotas negras.
Eso sí, existen ingredientes que son inamovibles a la hora de preparar una hallaca, y estos son la masa de maíz, que tradicionalmente se hacía con maíz pilado, pero que hoy en día ha sido substituida en muchos hogares por la harina de maíz precocida por temas de practicidad y tiempo, que se trabaja con manteca de cochino y se colorea con onoto.
Ingredientes que no pueden faltar en la preparación de una hallaca
Harina de maíz pilado o harina de maíz precocida
Onoto o achiote
Manteca de cerdo
Hojas de plátano
Proteína (res, cerdo, gallina, pollo o pescado)
Ají Dulce
Pasas
Alcaparras
Aceitunas
Pabilo
¿Cómo hacer una hallaca?
Preparar las hallacas, (en plural, ya que cuando se preparan no se hace una, sino varias para toda la temporada o para compartir con los amigos), es una labor de días, que es mejor compartida entre amigos y familiares para dividir las diferentes tareas a realizar, cualidad que le ha otorgado a la hallaca el título unificador de la identidad venezolana.
«Muchas familias, desafortunadamente separadas, como la mía hoy en día, nos reuníamos la mayoría un sábado o domingo de principios de diciembre y hacíamos de esta preparación una fiesta, contábamos con la respectiva cadena de producción donde los más chiquitos se encargaban de colocar los adornos, los del siguiente escalón pesaban las bolitas, 100 grs de masa para ser exactos, y las aplastaban para pasar al siguiente eslabón de la cadena donde los más experimentados, mi abuela y mi tía abuela, colocaban el relleno y envolvían, paso crucial para que el preciado guiso no se saliera por los bordes y por último, el amarre, era realizado por aquellos que ya tenían experiencia, pero no lo suficiente como para envolver.