El presidente Gustavo Petro planteó la posibilidad de convocar una constituyente popular como mecanismo para avanzar con sus reformas sociales y estructurales. Petro aseguró que el actual sistema político no permite una transformación profunda del país y que el pueblo debería tener la última palabra. Esta declaración ha provocado una fuerte reacción de sectores opositores y analistas jurídicos.
Mientras partidos como el Centro Democrático calificaron la propuesta como “una amenaza a la democracia”, otros movimientos sociales ven en la idea una oportunidad para redefinir el rumbo del Estado. La Corte Constitucional aún no se ha pronunciado oficialmente sobre la viabilidad de una constituyente por vía ciudadana, pero el debate sobre el alcance del poder constituyente primario ha vuelto a escena con fuerza.




