El vinagre blanco es un excelente aliado para lograr vidrios limpios y sin manchas de manera económica y ecológica. Para usarlo, simplemente mezcla una parte de vinagre blanco con una parte de agua en un rociador. Agita bien la solución y aplícala sobre la superficie del vidrio. Luego, utiliza un trapo limpio o un papel de cocina para frotar en movimientos circulares, eliminando la suciedad y las huellas. Este remedio casero no solo limpia, sino que también ayuda a desinfectar y eliminar los restos de productos de limpieza comerciales.
Además de su efectividad, el vinagre blanco tiene la ventaja de no dejar residuos ni rayas en los vidrios, lo que lo convierte en una opción ideal para mantener las ventanas y espejos impecables. Si tienes vidrios muy sucios o con manchas difíciles, puedes incrementar la concentración de vinagre en la mezcla. También, el vinagre es una opción mucho más amigable con el medio ambiente en comparación con los productos de limpieza químicos, lo que lo convierte en una elección cada vez más popular en hogares conscientes del impacto ambiental.




