Un grupo disidente de las FARC secuestró a 29 militares en el Cauca, intensificando la crisis de seguridad en el suroeste de Colombia. El ataque, atribuido a la columna Carlos Patiño, ocurrió durante una operación del Ejército en una zona de alta presencia guerrillera. Este grupo se ha negado a acogerse al acuerdo de paz de 2016 y continúa con actividades ilícitas.
El Ministerio de Defensa confirmó que los secuestrados están en poder de los insurgentes y se están realizando operativos para su rescate. Las autoridades han condenado el acto y exigen su liberación inmediata, mientras que el Gobierno evalúa medidas para evitar que la situación escale.
La comunidad en la región se encuentra alarmada por el recrudecimiento del conflicto, que afecta tanto la seguridad de la población como el desarrollo económico. Organismos de derechos humanos han hecho un llamado a las partes para evitar que el secuestro se convierta en una estrategia de presión política.