Informe de la Contraloría revela detrimento de $4.000 millones por producto sin vender.
9.000 cajas de aguardiente embodegadas están a punto de vencerse por fallas administrativas.
Un reciente informe de auditoría de la Contraloría General del Cauca reveló un grave detrimento patrimonial en la Industria Licorera del Cauca (ILC), que asciende a más de $4.000 millones de pesos, debido al almacenamiento prolongado de 9.000 cajas de Aguardiente Caucano Tradicional que no fueron comercializadas durante el año 2024.
Según el informe, el licor permanece embodegado y próximo a vencerse, sin que se haya ejecutado una estrategia de distribución efectiva. El producto no pudo salir al mercado nacional debido a fallas en el etiquetado, lo que impide su circulación fuera del departamento. Para corregir el problema, sería necesario reetiquetar manualmente cada botella, con costos adicionales por cada jornada de ajuste, una solución que representa más gasto sin retorno garantizado.
El documento señala además que la ILC suscribió un contrato interadministrativo con una entidad pública sin experiencia probada en distribución de bebidas alcohólicas, sin estudios técnicos, análisis de mercado o justificación económica que respalden la decisión. La Contraloría advierte una posible contratación con sesgo político, lo que agrava el riesgo de mal uso de los recursos públicos.
A nivel interno, la auditoría concluye que el sistema de control de la entidad falló de manera sistemática: no se emitieron alertas sobre el vencimiento del licor, no hubo seguimiento efectivo a la gestión contractual, y se omitieron acciones preventivas clave.
La Industria Licorera del Cauca, que tiene a Samuel Londoño Ortega como representante legal, como empresa pública, transfiere parte de sus utilidades al sistema de salud del departamento. Por eso, el impacto de estas pérdidas va más allá del ámbito comercial: cada peso no recaudado afecta programas de atención médica, prevención y asistencia a población vulnerable.
El informe exige el inicio de procesos para determinar responsabilidades fiscales y disciplinarias, y lanza una fuerte advertencia sobre el manejo de las entidades estatales. “Gestionar sin estrategia, contratar sin idoneidad y almacenar sin control es traicionar el fin social de una empresa pública”, concluye el documento.
En el Cauca, no se trata solo de licor embodegado, sino de la transparencia institucional y del futuro del bienestar colectivo.





