La crisis en Salud Total afecta a miles de usuarios en Boyacá. En Paipa, el pasado viernes, decenas de pacientes esperaron desde la madrugada, pero no recibieron atención porque el personal no se presentó. La EPS justificó la situación con una «contingencia personal» y aclaró que solo atiende los miércoles, pese a que afiliados tenían confirmación de servicio también los viernes. La falta de garantías afecta gravemente a adultos mayores, embarazadas y pacientes urgentes.
Indignación
La crisis en Salud Total no se limita a Paipa. En Duitama y otras ciudades del departamento, miles de usuarios denuncian deficiencias en el servicio. Tras la liquidación de Compensar, 62.000 afiliados fueron trasladados a esta EPS, que no tiene la capacidad para atender la demanda. La entidad opera solo dos días a la semana, ofrece 60 turnos limitados y presenta constantes fallas en el sistema. «Viajo tres horas desde una vereda para que me digan que ya no hay cupo. ¿Acaso la salud es un sorteo?«, reclamó una usuaria afectada.
Desamparo
Mientras el malestar crece, el Gobierno Nacional y la Secretaría de Salud de Boyacá, liderada por Óscar Jiménez Espinosa, guardan silencio. Las denuncias se acumulan, pero las respuestas son insuficientes. La salud no es un favor ni un lujo, sino un derecho constitucional. Sin embargo, la falta de acción de las autoridades deja a los pacientes a la deriva.
Exigencias
Los usuarios exigen una intervención inmediata de la Superintendencia de Salud y el Ministerio de Salud. No pueden seguir permitiendo que miles de pacientes sean abandonados mientras EPS como Salud Total operan sin garantías. La salud en Boyacá no puede continuar en crisis mientras los organismos de control ignoran la situación.
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