En una noche de fúbol, el Paris Saint-Germain (PSG) arrasó con Atalanta por 4-0 en el Parque de los Príncipes, en París, en lo que fue la jornada inaugural de la Liga de Campeones de la UEFA. Con goles de Marcos Aoás Corrêa (3’), Khvicha Kvaratskhelia (39’), Nuno Mendes (51’) y Gonçalo Ramos (90+1’), los franceses demostraron su superioridad desde el primer minuto, dominando todas las facetas del juego. La victoria dejó una clara demostración de la efectividad del PSG, con cifras que destacan especialmente en términos de remates y posesión.
Desde el inicio del partido, el PSG mostró su dominio con un 67% de posesión de balón, frente al 33% de Atalanta. Este desequilibrio en la posesión no solo se reflejó en el control del juego, sino también en la cantidad de ocasiones creadas. El conjunto parisino registró 22 remates en total, de los cuales 13 fueron al arco, mientras que Atalanta solo logró realizar 7 remates, de los cuales 2 fueron a portería. Esta diferencia fue clave para que el PSG no solo dominara el balón, sino que también se mostrara letal en cada acción ofensiva.
El PSG no solo dominó el juego en términos de posesión y remates, sino que también se destacó por su precisión en los pases. Con un 91% de efectividad en sus 711 pases, los jugadores parisinos mostraron una gran capacidad para mover el balón de manera rápida y eficiente. Esta precisión contrastó con el 81% de efectividad de Atalanta, que tuvo 343 pases a lo largo del encuentro, un número significativamente inferior al del PSG. La calidad de los pases fue fundamental para que el PSG abriera espacios y rompiera las líneas defensivas de los italianos.
Por otro lado, el PSG también mostró una sólida disciplina defensiva, limitando las oportunidades de Atalanta. Aunque los italianos tuvieron 11 faltas a lo largo del encuentro, frente a las 5 cometidas por el PSG, no lograron generar jugadas peligrosas a partir de las faltas. Esto se debe en parte al hecho de que el PSG mantuvo un control total del juego, sin permitir que Atalanta tuviera posesión en zonas peligrosas del campo. Esta superioridad en el juego colectivo se tradujo en un dominio absoluto del marcador, con una ventaja que se amplió rápidamente después del gol de Nuno Mendes en el minuto 51.
En cuanto a las tarjetas, el PSG jugó de manera disciplinada, sin recibir tarjetas amarillas o rojas, mientras que Atalanta solo recibió una tarjeta amarilla. A pesar de la superioridad del PSG, el equipo de la ciudad de Bérgamo intentó presionar en varios momentos del partido, pero sus esfuerzos fueron infructuosos frente a la sólida defensa parisina. El control de la posición adelantada también fue otro de los aspectos clave, con el PSG manteniendo una ventaja de 3 jugadas de posición adelantada, frente a las 2 jugadas anuladas a Atalanta.
Finalmente, el PSG cerró la noche con una victoria sólida y sin objeciones, dejando claro que su ambición en la Liga de Campeones sigue intacta. Con un control absoluto en términos de posesión, remates y precisión en los pases, el equipo de la capital francesa dejó una fuerte impresión en la competencia. La victoria por 4-0 ante Atalanta no solo refleja la calidad de sus jugadores, sino también su capacidad para dominar en todas las estadísticas clave del juego. Este partido marca el comienzo de una nueva campaña europea para el PSG, que ya ha demostrado estar listo para pelear por el título más codiciado del fútbol continental.
