Atlético Nacional reafirmó su grandeza con una victoria 2-0 sobre Millonarios en el estadio Atanasio Girardot, un resultado que no solo le dio tres puntos claves en la Liga BetPlay, sino que además rompió una racha negativa que se extendía por ocho años y diez días sin derrotar al cuadro embajador en Medellín. Los goles de William Tesillo al 53’ y de Jorman Campuzano de penal al 60’ escribieron una nueva página en la historia de los clásicos del fútbol colombiano.
El conjunto verdolaga mostró jerarquía en los momentos decisivos. Aunque el partido fue parejo en ciertos pasajes, Nacional fue más contundente y aprovechó sus oportunidades, algo que históricamente lo ha caracterizado. Ganar nuevamente en casa frente a Millonarios no solo tiene un valor deportivo, sino también simbólico, pues el Atanasio volvió a vibrar con un triunfo largamente esperado.
Las estadísticas reflejan la superioridad de los locales. Nacional registró 21 remates, 7 de ellos al arco, frente a los 15 intentos y 5 disparos directos del equipo bogotano. La intensidad ofensiva de los verdolagas terminó marcando la diferencia, ya que supieron transformar la presión en goles, algo que Millonarios no logró.
En posesión de balón también se evidenció la capacidad del conjunto paisa. Nacional controló el 58% de la pelota, con 410 pases y una precisión del 86%. Millonarios, en contraste, alcanzó un 42% de posesión, 293 pases y un 82% de efectividad. La solidez en la circulación del balón permitió a los locales manejar los ritmos del compromiso.
El duelo fue intenso en lo físico, con 14 faltas cometidas por cada equipo. Sin embargo, Nacional se mostró más equilibrado en el aspecto disciplinario, recibiendo tres tarjetas amarillas contra dos del visitante, sin incidencias mayores que afectaran el desarrollo del compromiso.
En jugadas a balón parado también se observó la iniciativa verdolaga. Nacional generó 7 tiros de esquina, mientras que Millonarios apenas tuvo 4. Ese recurso ofensivo le permitió al cuadro antioqueño mantener la presión en campo rival y obligar al embajador a retroceder constantemente.
Con esta victoria, Nacional no solo se afianza en el torneo, sino que refuerza su estatus de gigante del fútbol colombiano. Romper una sequía de ocho años y diez días sin vencer a Millonarios en el Atanasio Girardot es más que un triunfo: es la recuperación del orgullo y la confirmación de que el equipo verdolaga sigue marcando diferencias en los momentos que más lo necesitan sus hinchas.



