En un nuevo capítulo de la crisis política que envuelve a Brasil, la Corte Suprema ordenó este lunes la detención domiciliaria del expresidente Jair Bolsonaro, argumentando un “reiterado incumplimiento” de las medidas cautelares que le habían sido impuestas en el marco de diversas investigaciones en su contra. La decisión fue tomada por el ministro Alexandre de Moraes, una de las figuras clave en el Supremo Tribunal Federal (STF) y principal encargado de los procesos judiciales relacionados con los ataques a la democracia ocurridos tras las elecciones de 2022.
La medida no solo restringe a Bolsonaro a su residencia, sino que además le prohíbe recibir visitas —con excepción de sus abogados— y utilizar cualquier dispositivo de comunicación, incluidos teléfonos móviles, computadoras o acceso a redes sociales. Es un golpe severo a la ya deteriorada posición del exmandatario, quien enfrenta múltiples procesos por su presunta participación en un intento de golpe de Estado, la falsificación de certificados de vacunación contra la covid-19 y el uso indebido de bienes públicos durante su administración.
“El imputado ha demostrado reiteradamente su desprecio por las decisiones judiciales y su intención de obstruir las investigaciones en curso”, argumentó Moraes en su resolución, que fue divulgada este lunes por la mañana. Según el fallo, Bolsonaro habría violado de manera sistemática las restricciones impuestas previamente, lo que motivó la sustitución de las medidas iniciales por una reclusión en su domicilio.
La decisión se produce en medio de una fuerte polarización política en el país. Mientras sus seguidores denuncian una “persecución judicial” y llaman a la movilización, sectores más amplios del oficialismo y de la comunidad internacional aplauden lo que consideran un avance en la rendición de cuentas tras los hechos del 8 de enero de 2023, cuando bolsonaristas radicales intentaron tomar por la fuerza las sedes de los tres poderes en Brasilia.
Desde que dejó el poder en enero de 2023, Jair Bolsonaro ha estado en el centro de la tormenta. A pesar de haber mantenido un perfil relativamente bajo durante varios meses, las investigaciones en su contra han seguido acumulando evidencia. La más reciente, según fuentes del STF, se refiere al uso de su entorno más cercano para seguir difundiendo desinformación y mantener activa una red de influencia que busca socavar la credibilidad de las instituciones democráticas brasileñas.
El entorno del expresidente no ha emitido un pronunciamiento oficial tras la decisión judicial, pero se espera que sus abogados apelen en las próximas horas. Mientras tanto, Bolsonaro deberá permanecer en su residencia bajo vigilancia estricta, en una señal de que el sistema judicial brasileño está decidido a hacer valer la ley incluso contra las figuras más poderosas del país.




