Desde el corazón del suroccidente colombiano, el Gobierno Nacional lanzó una advertencia directa al crimen organizado: la región del Naya será intervenida militarmente. Así lo confirmó el ministro de Defensa, Iván Velásquez, en una declaración que anticipa una de las operaciones más ambiciosas contra el narcotráfico en el Cauca en los últimos años.
El Naya, ubicado entre los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, ha sido durante décadas un territorio codiciado por su geografía estratégica. Por allí, según inteligencia militar, se moviliza buena parte de la cocaína producida en el sur del país con destino al Pacífico, lo que ha convertido a la zona en un campo de batalla entre disidencias de las FARC, carteles del narcotráfico y grupos armados locales.
“La presencia del Estado no puede ser simbólica. Vamos a tomar el control territorial del Naya con nuestras Fuerzas Militares y de Policía, y lo haremos con decisión y contundencia”, afirmó Velásquez en su anuncio.
La intervención incluirá despliegues aéreos, terrestres y fluviales, además de una estrategia de estabilización que contempla inversión social, construcción de vías y fortalecimiento institucional. La meta, aseguran desde el Ministerio, es recuperar la soberanía del Estado en una de las zonas más olvidadas y violentas del país.
Habitantes de la región, sin embargo, temen que la ofensiva provoque desplazamientos y nuevos enfrentamientos entre grupos ilegales y la Fuerza Pública. Organizaciones sociales y de derechos humanos han pedido que se garantice un enfoque diferencial, teniendo en cuenta la alta presencia de comunidades afrodescendientes e indígenas en la zona.
La toma del Naya no solo es una promesa de seguridad, sino también una prueba clave para el Gobierno Petro en su lucha contra las economías ilegales y la consolidación de la paz total.



