El Gobierno de Colombia aceptó reducir en 10 billones de pesos el monto del presupuesto de gastos para el año 2026, respondiendo a la resistencia del Congreso frente a la propuesta inicial. El ajuste, equivalente a 2.550 millones de dólares, disminuye la cifra proyectada de 557 billones de pesos a 547 billones, lo que refleja un escenario político marcado por tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo.
El anuncio fue realizado por el ministro de Hacienda, Germán Ávila, durante un debate en el Congreso. Según explicó, esta reducción busca destrabar el trámite de la iniciativa y garantizar que el país cuente con una hoja de ruta financiera viable para el próximo año. La decisión final deberá ser aprobada por las comisiones económicas del Senado y la Cámara de Representantes, con fecha límite del 15 de septiembre.
Ajuste fiscal
El recorte presupuestal impactará directamente en el proyecto de reforma fiscal que el Gobierno presentó para financiar los gastos del 2026. Inicialmente, esta reforma contemplaba ingresos por 26,3 billones de pesos (6.706 millones de dólares), pero con la nueva cifra la meta de recaudo se ajustará a 16,3 billones de pesos.
Ávila aclaró que la reducción se aplicará de manera proporcional en los distintos rubros, sin que hasta ahora se haya especificado qué sectores sufrirán mayores recortes. No obstante, reconoció que será necesario priorizar áreas estratégicas y que la discusión quedará abierta en el debate parlamentario.
Escenario político
El trasfondo del ajuste presupuestal está ligado a la debilidad política del Gobierno del presidente Gustavo Petro en el Congreso. Tras la ruptura de la alianza que inicialmente lo respaldaba —compuesta por partidos de izquierda, centro e incluso sectores de derecha—, el Ejecutivo enfrenta dificultades para aprobar sus proyectos económicos y sociales.
La reducción del monto del presupuesto se interpreta como una señal de apertura al diálogo con el Legislativo, aunque analistas advierten que podría generar limitaciones en la ejecución de programas sociales y de infraestructura, pilares del plan de gobierno de Petro.
Con la fecha límite para la aprobación del presupuesto cada vez más cerca, el pulso entre el Ejecutivo y el Congreso se intensifica. Lo que está en juego no solo es la viabilidad de la planeación fiscal del 2026, sino también la capacidad del Gobierno de mantener el rumbo de sus reformas en medio de un clima político fragmentado.




