El Gobierno nacional presentó hoy un paquete de inversión social destinado a fortalecer la infraestructura básica en zonas rurales, con énfasis en agua potable, vías terciarias y conectividad digital. El plan, que según el comunicado oficial busca reducir brechas históricas, contempla recursos destinados a acuerdos interinstitucionales con gobernaciones y alcaldías para priorizar proyectos de impacto inmediato. Las autoridades sostienen que la estrategia busca además crear empleo local y favorecer la comercialización de productos agrícolas mediante mejores cadenas logísticas.

Los voceros del ministerio encargado resaltaron que la propuesta incluye mecanismos de seguimiento ciudadano para garantizar transparencia en la ejecución de los recursos y una fase piloto en departamentos con altos índices de vulnerabilidad. Organizaciones sociales han pedido mayor claridad sobre los plazos de ejecución y la participación comunitaria en la selección de proyectos; en respuesta, el Gobierno anunció mesas de trabajo regionales que deben arrancar en las próximas semanas. Analistas subrayan que la efectividad del plan dependerá de la coordinación con los gobiernos locales y de cómo se manejen riesgos como corrupción y retrasos contractuales.
Líderes campesinos y asociaciones de productores recibieron con cautela el anuncio, señalando que medidas puntuales imprescindibles —como acceso inmediato a crédito agropecuario y asistencia técnica— deben acompañar la inversión en infraestructura para evitar soluciones incompletas. En contraste, sectores empresariales destacaron el potencial económico de la apuesta en términos de incremento de la productividad y apertura de nuevos mercados internos. La expectativa ahora se centra en la publicación del decreto que defina las reglas de asignación y en los primeros desembolsos para evaluar el ritmo real de implementación.




