Los rituales de sacrificios de gatos negros en Halloween, verdad o mito

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“Acordaos de cuidar a vuestros gatos negros y no dejarles salir, que llega Halloween y hay gente que los roba, sacrifica y les hace cosas malas”. “No regales ni des en adopción gatos negros en Halloween, que los utilizan para rituales”. “En octubre, ¡no des en adopción gatos negros!”. Esto son solo unos poquísimos ejemplos que se pueden leer, se suman en centenares, que surgen desde el 1 de octubre en redes sociales, desde cuentas particulares y desde cuentas de asociaciones u organismos felinos, alertando a quien quiera que les lea sobre el peligro de sacrificios de gatos en rituales durante la noche de la Víspera de Todos los Santos, o Noche de los Muertos, el Samhain gaélico irlandés o, reconocible para todo el mundo, Halloween. Pero la realidad es que este alarmismo, de origen incierto, es totalmente infundado y los gatos negros y blancos no se exponen a ningún peligro durante esta festividad. Se trata, simple y llanamente, de una leyenda urbana.

Los gatos negros se han asociado comúnmente con la mala suerte en nuestra cultura en los últimos siglos, como la tradición, cada vez más obsoleta, de santiguarse como protección si se cruzaba un gato negro en nuestro camino. El origen de esta superstición tampoco está clara, dado que el simbolismo de los gatos negros ha fluctuado profundamente a lo largo de los siglos y las civilizaciones. Así, para los egipcios, los gatos negros eran representaciones sagradas. También tenían connotaciones muy positivas en el folklore nipón y para las naciones celtas. En el libro “Nuestros gatos y todo sobre ellos”, publicado en 1889 y escrito por Harrison Weir, se recoge la superstición de que los marineros ingleses creían que los gatos negros traían buena suerte y seguridad en la navegación, por lo que solían llevar un felino de este color en sus embarcaciones. El cambio de percepción y atribuir un vínculo entre los gatos negros y el mal parece surgir alrededor del siglo XV junto al interés general hacia las llamadas ciencias ocultas. Nada que ver con otro mito, extendidísimo, de una bula papal de Gregorio IX en 1233 donde supuestamente promovía el exterminio de gatos negros en la edad media, y mucho menos, tiene relación con la pandemia de la peste negra que asoló Europa un siglo después. Leyenda urbana que merece otro artículo.

Pero volviendo al rumor que relaciona el sacrificio de gatos y la noche de Halloween, no existe evidencia en estadísticas, estudios o casos judiciales, que apoyen que hay un crecimiento, ni grande ni pequeño, de gatos utilizados en esos supuestos rituales vinculados a brujería, satanismo y otras prácticas. Puro mito. En el año 2001, la web especialista en investigar leyendas urbanas y rumores llamada Snopes.com, publicaba un artículo advirtiendo que se trataba de una leyenda sin fundamentos, y con palabras duras, lo definía como un relato que bordea lo ridículo, sin acompañar de ninguna evidencia tangible y un contenido contradictorio y conflictivo.

Más reciente, en el 2020, Maldito Bulo, el medio nativo digital dedicado al fact checking, o verificación de hechos, publicó un artículo centrado en España sobre el mito de la tortura, mutilación y sacrificio de gatos negros en Halloween. Y su conclusión, de nuevo, es categórica: “ni la Guardia Civil, ni los Mossos d’Esquadra, ni la policía local de varias ciudades españolas tienen constancia de sacrificios de gatos en ritos satánicos”, recogen en su publicación. Tampoco aumenta el robo de gatos en viviendas privadas, albergues, protectoras o en perreras municipales. No se debe, por tanto, dar credibilidad a esta alerta ni perpetuar el rumor.


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