GASTAN MILLONES EN VIÁTICOS

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La contralora de Ibagué, Edna Margarita Murcia Mejía, y la del Tolima, Carolina Giraldo Velásquez, están en el ojo del huracán tras revelarse el millonario gasto en viáticos que han ejecutado desde que asumieron sus cargos. Mientras poco se conoce de su vigilancia a los recursos públicos, ambas han acumulado más de $430 millones en viáticos, muchos de ellos en destinos fuera del territorio que deberían estar controlando.

Pruebas

Según documentos oficiales, Carolina Giraldo ha recibido $241.278.947 en viáticos desde julio de 2022. Solo en 2023 ejecutó $65.911.584, pero en 2024 esa cifra se disparó a $112.603.379. Esos recursos han financiado desplazamientos a Bogotá, San Andrés, Neiva, Manizales, Santa Marta, Cali y también a Madrid, España. Paradójicamente, de los $240 millones, solo $36 millones se usaron en viajes dentro del Tolima.

La contralora municipal Edna Murcia tampoco se queda atrás: ha recibido $190.572.276 en viáticos desde 2022. Aunque no se tiene el desglose completo, se sabe que en 2022 gastó $49 millones y que en 2024 ya suma $96 millones, lo que evidencia un incremento constante. Fuentes internas de la Alcaldía aseguran que muchos de esos desplazamientos no se traducen en informes visibles de control fiscal.

Pronunciamiento

Ambas funcionarias han mantenido perfiles públicos discretos. En el caso de Giraldo Velásquez, su elección fue impulsada por mayorías políticas de la Asamblea Departamental, en un proceso criticado por falta de transparencia. Murcia, por su parte, fue nombrada desde el Concejo de Ibagué, y ha evitado pronunciamientos públicos sobre temas sensibles del municipio.

El uso reiterado de viáticos para desplazamientos externos contrasta con la exigencia ciudadana de mayor vigilancia a obras inconclusas, contratos dudosos y manejo de regalías.

Credibilidad

Resulta irónico que quienes tienen el deber de vigilar el gasto público lo hagan desde aeropuertos, y no desde los barrios, municipios y obras del Tolima. Estas cifras no solo levantan dudas sobre la pertinencia de sus desplazamientos, sino que golpean aún más la ya debilitada confianza ciudadana en los organismos de control.


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