El estadio El Campín de Bogotá será testigo de un momento especial en la Liga BetPlay II-2025: Alberto Gamero volverá a pisar el banquillo del coloso capitalino, pero esta vez como director técnico del Deportivo Cali. El experimentado estratega samario, recordado por su exitoso ciclo en Millonarios, llega en una nueva etapa de su carrera, enfrentando al club que lo tuvo como uno de sus entrenadores más queridos en la última década.
Gamero, quien dejó huella en Millonarios al conseguir títulos y consolidar un proyecto competitivo, regresa con sentimientos encontrados. Por un lado, la emoción de reencontrarse con una hinchada que lo aplaudió durante años; por el otro, la responsabilidad de sumar puntos para un Deportivo Cali que busca recuperar protagonismo en el torneo.
La historia del técnico samario no se limita a su paso por el equipo azul. Antes de brillar en Bogotá, Gamero fue director técnico de Boyacá Chicó, donde vivió una de las páginas más gloriosas de su carrera. En 2008, llevó al club ajedrezado a coronarse campeón del fútbol colombiano, un hito que aún se recuerda con orgullo en Tunja.
Ese título con Boyacá Chicó marcó el inicio de su reconocimiento nacional como uno de los entrenadores más tácticos y trabajadores del país. A partir de ahí, su carrera fue en ascenso, hasta llegar a dirigir a clubes de gran tradición y convertirse en un referente de la dirección técnica en Colombia.
Ahora, con el Deportivo Cali bajo su mando, Gamero enfrenta el desafío de reconstruir un equipo que ha atravesado altibajos en los últimos torneos. Su llegada generó optimismo en la afición azucarera, que confía en su experiencia y en su capacidad para potenciar el talento joven de la plantilla.
El duelo en El Campín no solo será un enfrentamiento deportivo, sino también una cita cargada de recuerdos y emociones. La hinchada embajadora seguramente le rendirá un aplauso, aunque por noventa minutos, Gamero estará en la trinchera opuesta, buscando que su equipo se lleve la victoria de un escenario que tantas veces celebró sus triunfos.
Este regreso simboliza el cierre de un ciclo y el inicio de otro. Para Gamero, la oportunidad de escribir una nueva página de su historia en el fútbol colombiano; para los hinchas de Millonarios, la ocasión de despedir, al menos desde la distancia, a uno de los entrenadores más importantes de la era reciente.
