En el barrio Gaitán de Neiva, los vecinos viven con la molestia constante de ver correr agua potable por las calles. Lo que comenzó como una pequeña filtración se ha convertido en un derroche diario de un recurso vital, que además está afectando el pavimento y generando malos olores.
“Llevamos más de veinte días reportando la situación y no hemos tenido respuesta. El agua se desperdicia y el pavimento se hunde”, señaló Andrés Castaño, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal, quien advierte que el daño podría agravarse con las lluvias.
Los habitantes aseguran que han informado repetidamente a las Empresas Públicas de Neiva (EPN), sin recibir atención ni una fecha concreta para la reparación.
Ineficiencia
La fuga ha despertado críticas y reclamos contra la ineficiencia institucional. Mientras los ciudadanos pagan puntualmente sus recibos y escuchan campañas sobre el ahorro del agua, la empresa responsable parece ignorar un daño que afecta a todo el sector.
“Nos piden cuidar el agua, pero ellos la dejan correr sin control. Esto es un desperdicio vergonzoso”, expresó una residente del lugar.
Además del impacto ambiental, los vecinos temen que el pavimento colapse y cause accidentes, pues la zona afectada se encuentra cerca de una vía transitada.
Lo ocurrido en el barrio Gaitán refleja la falta de mantenimiento preventivo y compromiso por parte de las autoridades locales. Mientras las soluciones se aplazan, el agua sigue corriendo por el asfalto, convirtiéndose en símbolo del abandono institucional y la indiferencia hacia la comunidad.
