La comunidad del barrio Asís de Tunja salieron a protestar exigiendo justicia por el reciente homicidio del docente José Armando Sánchez Ávila.
Las protestas que se presenciaron en la Avenida Norte fueron hechas por habitantes de los barrios Buenavista, Muiscas, Villa Luz, Asís, Santa Rita y Poblado quienes pidieron mayor presencia de las autoridades en la zona.
Los vecinos que duraron varias horas en protesta pacífica, clamaron por más cámaras de seguridad y mas pie de fuerza de la Policía Metropolita de Tunja, teniendo en cuenta el aumento de la inseguridad en la zona.
Los habitantes del norte de Tunja dicen sentirse solos y piden mayor respaldo de la Policía, manifestando que los delincuentes les están robando los establecimientos comerciales y se están entrando a las viviendas.
Como si fuera poco, denuncian también el tráfico de estupefacientes.
Y es que el pasado 9 de agosto, el cuerpo de José Armando Sánchez Ávila se encontró dentro de su casa en el barrio Asís.
Al parecer este licenciado de 68 años habría sido interceptado por sujetos que lo golpearon y obligaron a entrar en su casa donde le propinaron varias heridas con arma blanca hasta provocarle la muerte.
El Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía se encuentra realizando la la respectiva investigación para esclarecer los hechos y dar con el paradero de los responsables de este atroz crimen.
Sánchez Ávila era licenciado en educación básica primaria y durante su vida laboral la dedicado a enseñar, a formar seres humanos en sus primeros años de vida, por lo que hoy con su partida deja un vacío en los corazones de su compañera Edelmira Guio y su hija Solanyy, al igual que su querido nieto.
El docente dedicó toda su vida a enseñar a los pequeños cómo leer y escribir, era profesor de primaria en la Institución Educativa Plinio Mendoza Neira, sede Policarpa Salavarrieta del municipio de Toca, donde durante 21 años compartió su sabiduría, pasión por la enseñanza y dedicación inquebrantable.
Su impacto en la vida de sus estudiantes y colegas fue innegable, dejando una huella imborrable en cada uno de ellos, según aseguran quienes compartían a diario con él.
Los compañeros de trabajo recuerdan a José Armando no solo por su conocimiento y habilidades pedagógicas, sino también por su cariño, capacidad artística y alegría con quienes lo rodeaban; guiar a sus estudiantes en su camino de aprendizaje, era el principal objetivo.



