Frisby España S.L. anunció un cambio «total e inmediato» de su marca, logo y tipografía tras la feroz presión de empresarios y ciudadanos colombianos que denunciaron públicamente lo que calificaron como una flagrante «suplantación» de la icónica cadena de pollos fritos nacional.
La empresa española, que había operado usando elementos visuales «similares» a los de Frisby Colombia sin autorización en territorio europeo, se vio obligada a capitular ante la avalancha de críticas y el rechazo masivo de la comunidad colombiana que defendió aguerridamente su patrimonio marcario.
El conflicto se intensificó cuando Frisby España intentó legitimar su operación solicitando la revocación de derechos marcarios «inactivos» ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), una maniobra legal que generó indignación entre compatriotas residentes en Europa y empresarios locales.
La presión social ejercida por colombianos en las últimas semanas, quienes organizaron campañas de denuncia y boicot contra lo que consideraban un «robo de identidad comercial», logró quebrar la resistencia de la empresa extranjera que finalmente cedió ante la evidencia de su posición insostenible.
Esta victoria representa un precedente importante para la protección de marcas colombianas en el exterior, demostrando el poder de la movilización ciudadana cuando se trata de defender símbolos empresariales que forman parte del orgullo nacional y la identidad comercial del país.
