El frente ‘Jaime Martínez’ de las disidencias de las Farc volvió al centro del debate público tras conocerse un video en el que un hombre, que afirma ser integrante de esa estructura, aseguró que no participaron en el secuestro de Miguel Ayala, hijo del reconocido cantante de música popular Giovanny Ayala, y de su mánager, Nicolás Pantoja. Ambos jóvenes permanecen privados de su libertad desde la noche del 18 de noviembre, cuando fueron retenidos en un tramo de la vía Panamericana, jurisdicción de Cajibío, Cauca.
La grabación fue difundida en las últimas horas y en ella el vocero ilegal sostiene que se les acusa sin fundamentos y que las operaciones militares en la zona se han intensificado bajo una versión que, según él, no corresponde a la realidad. “No somos los responsables”, se escucha afirmar. Este pronunciamiento se da en un departamento donde operan múltiples estructuras armadas, entre ellas los frentes Jaime Martínez y Dagoberto Ramos, con fuerte presencia en corredores rurales del norte y centro del Cauca.
Mientras tanto, la familia Ayala vive momentos de angustia. El artista ha reiterado públicamente que teme por la integridad de su hijo, un joven de 21 años, y pidió directamente al presidente Gustavo Petro intervenir con urgencia. “Solo pedimos que regresen sanos y que se respete su vida. Es un muchacho que apenas está empezando a cumplir sus sueños”, dijo el cantante en un mensaje divulgado el fin de semana.
Según las primeras versiones, el secuestro ocurrió cuando Miguel Ayala y Pantoja viajaban de Popayán hacia el aeropuerto de Palmira. Al llegar al sector conocido como El Túnel, varios hombres armados los interceptaron y los obligaron a descender del vehículo, dejando libre únicamente al conductor. Los captores se dirigieron presuntamente al norte del departamento, donde confluyen diversas estructuras dedicadas a extorsiones, retenes ilegales y control territorial.
El Gaula de la Policía confirmó que activó un componente especializado para adelantar labores de rastreo y búsqueda en la zona. Las autoridades han señalado que el corredor donde ocurrió el plagio es uno de los más complejos del suroccidente del país por la injerencia de grupos armados que se disputan economías ilícitas. La industria musical también ha mostrado su preocupación: artistas como Jessi Uribe y Yeison Jiménez enviaron mensajes de solidaridad y recordaron que “la música es libertad y no puede ser usada como arma para intimidar”.



